Los líderes que Latinoamérica necesita

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 31 de Agosto de 2022

Claudia Lorena Cañas (Promoción 2023, Colombia), Selvin Jirón (Promoción 2023, Honduras) y Romina Ovelar (Promoción 2024, Paraguay) se han destacado en nuestra Universidad no solo por su excelencia académica y el ímpetu con el que llevan a cabo cada proyecto que se proponen, sino también por traer consigo desde sus países, historias que, desde muy jóvenes, los marcaron como ejemplos de perseverancia. Por sus características y su liderazgo, los tres recibieron una beca por parte de la Fundación Mastercard.

Te invitamos a conocer sus historias:

Una colombiana determinada

Claudia Lorena Cañas viene de Florida, en Valle del Cauca. Cuando habla, es fácil imaginarla siendo una niña determinada, una adolescente determinada y ahora, una mujer que, entre muchas cualidades, se caracteriza por su determinación. Terminó la escuela secundaria a los 16 años. Comenzó a trabajar inmediatamente y aunque se llenó de mucha experiencia laboral durante más de 5 años y logró apoyar a su familia económicamente durante todo ese tiempo, sabía que su meta era poder ir a la universidad y trabajar en pro de las comunidades colombianas, principalmente de las poblaciones indígenas más vulnerables.

Florida, su municipio, fue priorizado en el marco del post conflicto colombiano; durante los años más críticos fue sumamente estigmatizado y fue el escenario de eventos que marcaron intensamente la vida de sus pobladores. Claudia lo sabe, lo vivió, sigue siendo testigo de las secuelas, y por eso desde muy joven ha querido buscar soluciones para que su comunidad tenga una mejor calidad de vida. Su mamá es una líder social que creó la Fundación Florida Tejiendo Paz, conformada por mujeres que de una forma u otra, habían sido víctimas del conflicto armado. Antes de venir a EARTH, Claudia se hizo cargo de la Fundación y la vinculó con distintos proyectos para el desarrollo agrícola, económico y social de las familias que habían sido afectadas.

Trabajó con mucho empeño en un proyecto particular en el que asistían a pequeños productores de mora y mango. Ese fue su primer acercamiento con el desarrollo rural y la agronomía y ese fue el momento en el que descubrió su vocación. “Me encargué que todo el proyecto se cumpliera al pie de la letra. 100 productores quedaron con todo lo que tenían que quedar: una instalación y un sistema productivo en sus parcelas, muy bien montado, y con una asistencia técnica durante dos años”, cuenta.

Paralelamente, Claudia trabajaba con comunidades indígenas en un programa de la Organización de los Estados Americanos (OEA) llamado “Acción integral contra minas antipersona”. “A raíz del conflicto, por instalar muchas minas antipersona en las zonas rurales, Colombia ha estado limitada para el desarrollo agrícola, los campesinos no pueden trabajar la tierra hasta que no se eliminen todos los explosivos que fueron enterradas en sus parcelas”, agrega. Ella fue una parte activa para que el programa se cumpliera en tres comunidades. También ha trabajado activamente con la Organización Indígena del Valle del Cauca para realizar el Plan de Desarrollo Territorial para Comunidades Indígenas. Durante meses, Claudia trabajó los siete días de la semana, y pasó mucho tiempo adentrándose en la selva, conociendo las necesidades reales de las comunidades más remotas del Valle.

En el 2020, viajó a Costa Rica para cumplir su sueño de ir a la Universidad. Y para ella, EARTH no era cumplir institución, era una que se acoplaba al trabajo integral que ya ella había estado haciendo en varias comunidades, era un espacio que le daría las herramientas técnicas que necesitaba y que, además, la acercaría a un universo multicultural en el que podría aprender de otras realidades.

“Yo describo mi paso por la universidad como una metamorfosis. Ha sido una transformación, un enriquecimiento a nivel técnico muy grande. Hay temas que antes yo no entendía, no sabía cómo funcionaban y que muchas veces pasaban desapercibidos, pero cada paso por EARTH te hace entender la importancia que tiene hasta de lo más pequeñito que existe en el planeta, todo es vital para que los ecosistemas sigan funcionando y para que nos siga generando lo más importante: los alimentos”.

Un hondureño soñador

Selvin Jirón es hijo de la vida rural. Nació en una pequeña aldea cafetalera en el departamento de La Paz, Honduras. Desde niño, le ayudaba a su familia con el cultivo de café y al mismo tiempo, era un gran entusiasta del estudio. Sabía que, aunque para la mayoría de los jóvenes de su comunidad es difícil llegar a tener una educación universitaria por las condiciones sociales, geográficas y económicas, ese era su sueño y por nada en el mundo iba a renunciar a él.

En el 2018, cuando era su tiempo de encaminarse hacia ese sueño, su abuela llegó con una gran noticia: en una charla en la cooperativa cafetalera a la que pertenecía le hablaron sobre EARTH, y ella lo supo y él también lo supo cuando lo escuchó: la Universidad era todo lo que Selvin quería. Su sueño entonces tuvo un nombre específico y concreto: EARTH. A partir de entonces, comenzó con el proceso de aplicación y aunque logró culminarlo con éxito, fue hasta el 2020 cuando ingresó a la Universidad con el apoyo de la Fundación Mastercard.

La agronomía ya estaba en su cabeza desde tiempo atrás. Había visto durante años como las y los agricultores de Pacheco Morales, su aldea, realizaban y repetían procesos en sus cultivos que no mejoraban las cosechas, ni las ganancias, ni las condiciones del suelo, del agua, del medio ambiente en general. Aunque él no tenía respuestas ni soluciones para entender qué era lo que estaba mal, tenía la certeza de que con una carrera profesional en EARTH podía llenarse de conocimientos para, en un futuro, cambiar esas realidades persistentes que no permiten que su comunidad avance de ninguna manera posible. Ahora mismo, Selvin cursa el tercer año de carrera y está en Brasil, a punto de iniciar su pasantía profesional. Desde el inicio de su paso por EARTH, ha dado lo mejor de sí y sus esfuerzos han dado frutos. Sabe que en un futuro regresará a Pacheco Morales listo para ayudarle a los productores, para comenzar sus propios proyectos y para tener y lograr nuevos sueños.

“Esta Universidad cambió mi mundo, cambió toda la perspectiva que yo tenía de la sociedad y siento que todos esos cambios han sido para bien. Me han hecho una persona más resiliente y consciente de las problemáticas globales y de las que están presentes en mi comunidad. En un futuro me veo transformando al mundo para bien, quiero ayudar a mi familia, pero también a otras personas, a mi comunidad y a cualquier lugar al que vaya”.

Una paraguaya esforzada

Romina Ovelar nació en un pueblo rural de Paraguay en donde el guaraní y el español se comienzan a difuminar con el portugués de Brasil. Toda su familia se dedica a la agricultura y con mucho esfuerzo, Romina es la primera mujer de su familia que culmina exitosamente la escuela secundaria y que tiene acceso a la educación universitaria. Su camino para llegar a EARTH estuvo lleno de aventuras previas. Vivió los primeros años de su vida en Argentina, en donde sus padres buscaron nuevas oportunidades hasta que decidieron regresar a Paraguay; al regresar, ella ingresó a un colegio internado agrícola pero un tiempo después se pasó a un colegio técnico en educación ambiental, una institución ubicada en una de las reservas naturales más grandes de Paraguay y en la que solo estudian mujeres. Estando ahí, Romina descubrió una de sus grandes pasiones: la agricultura sostenible.

“Para mí fue muy difícil decidir estudiar en ese colegio, porque estaba muy lejos de mi familia y era académicamente muy exigente, pero yo tenía ese gran entusiasmo de aprender algo nuevo, algo que pudiera servir para mi futuro”, cuenta. Estando ahí fue siempre una estudiante destacada: perteneció al club de robótica, fue parte del Comité de Sostenibilidad, viajó por diferentes lugares de Paraguay para representar al colegio y más adelante, estuvo en Emiratos Árabes presentando uno de sus proyectos en la Semana de la Sostenibilidad. “Después de ese viaje me dije: voy a poder lograr muchas cosas. Mucha gente me decía que para lograr metas uno tenía que ser hija de un millonario, pero ahora sé que eso no es verdad porque si uno busca las oportunidades siempre están ahí, es cuestión de hacer el esfuerzo para demostrar que uno realmente es capaz”.

Con esa mentalidad, en el 2021 Romina llegó a Costa Rica para formar parte de la Promoción 2021-2024 de nuestra Universidad. Fue impulsada por sus profesores en Paraguay, quienes nunca dudaron de su potencial y de sus capacidades. Viajó un 27 de diciembre y pasó el Año Nuevo en cuarentena por las condiciones globales del momento, pero unos días después hizo del Campus Guácimo, su nuevo hogar.

Romina sueña con estudiar más, con estudiar mucho, con especializarse en los temas que más le gustan. Sueña con volver a Paraguay y ayudar a su familia, a su comunidad y a que sus hermanos pequeños puedan tener todas las oportunidades que hecha ha tenido a punta de muchísimo esfuerzo. Sabe que, desde ya, es una líder de cambio entregada a la sostenibilidad y a la protección de los recursos naturales.

¡Aplaudimos a los líderes que Latinoamérica y el mundo necesitan!