La conservación de un puente de vida

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 1 de Julio de 2014
El productor local y experto en vida silvestre Rodrigo Ureña trabaja de cerca con estudiantes de EARTH y el PDC.

El productor local y experto en vida silvestre Rodrigo Ureña trabaja de cerca con estudiantes de EARTH y el PDC.

En lo profundo del bosque lluvioso de Costa Rica, en una comunidad rural llamada Las Lomas, se encuentra un tesoro escondido a plena vista: La Cuna de Aves. Esta es una reserva natural que cumple un rol pequeño pero vital en el Corredor Biológico de Barbilla, su función principal es servir como un “puente de vida”, un pasaje que utilizan animales como el jaguar para viajar desde México hasta la Amazonia. La mayoría de los habitantes de la comunidad nunca la han visitado y muchos de los que entran a este denso bosque lo hacen para cazar, pescar o cortar árboles, actividades que son consideradas ilegales.

Varios grupos de conservación del medioambiente, ONG y líderes comunitarios han estado trabajando en el área para mitigar estas prácticas dañinas, y en 2011 el Programa de Desarrollo Comunitario (PDC) de la Universidad EARTH empezó a colaborar con la reserva como parte del Módulo de Experiencia Comunitaria para estudiantes de segundo año. En tan solo tres años, voluntarios, estudiantes y el PDC han trabajado juntos para hacer de La Cuna de Aves un destino ecoturístico, que ha generado ingresos a los habitantes de la comunidad y ha creado conciencia sobre la reserva; la cual ofrece caminatas, excursiones a la catarata, almuerzos y viajes educativos para turistas y miembros de la comunidad.

El productor local y experto en vida silvestre Rodrigo Ureña trabaja de cerca con estudiantes de EARTH y el PDC.

El productor local y experto en vida silvestre Rodrigo Ureña trabaja de cerca con estudiantes de EARTH y el PDC.

Todos los miércoles en la mañana, dos estudiantes de EARTH caminan por un sendero escarpado hasta llegar a un refugio rústico y fresco cerca de la catarata, donde el productor y experto en vida silvestre Rodrigo Ureña los espera. Él es uno de los voluntarios más dedicados de la reserva y ha trabajado muy de cerca con el PDC, “EARTH ha sido muy importante para nosotros, ha sido un gran apoyo desde todos los ángulos: capacitación, acompañamiento, y hablando del proyecto con otros, para que podamos generar recursos” asegura Rodrigo.

El lugar donde Rodrigo y los estudiantes pasan la mayor parte de la mañana se llama Soda Jaguar (en Costa Rica se le llama soda al restaurante del barrio), la cual se terminó de construir en enero de 2014. El esfuerzo fue coordinado por el PDC y la Oficina de Relaciones Académicas Internacionales de EARTH, la cual invitó a estudiantes de ingeniería de Colorado a diseñar y construir una edificación económica y amigable con el medioambiente.

Rodrigo explica que el diseño minimalista del restaurante y el área para sentarse fue intencional: “Necesitábamos un lugar que no disturbara el paisaje, un lugar seguro para cocinar, disfrutar de la naturaleza y donde uno pudiera mantenerse seco”.

Luis Carazo, quien ha trabajado con el PDC por más de ocho años, explica que la llave del éxito en comunidades como Las Lomas es el estar dispuesto a ayudar, pero solamente cuando se lo piden: Aquí, tomamos decisiones en condiciones reales, con productores reales que tienen sus propios problemas y prioridades en la vida. Yo siempre digo que no tenemos proyectos en las comunidades como Las Lomas, lo que tenemos son relaciones con productores y esperamos que ellos nos indiquen que es lo que quieren hacer y aprender. Es totalmente decisión de ellos, y así tiene que ser para que funcione el PDC”.

Miembros de la comunidad, estudiantes de EARTH, personal del PDC y estudiantes de la Universidad de Colorado trabajaron juntos para construir la Soda El Jaguar.

Miembros de la comunidad, estudiantes de EARTH, personal del PDC y estudiantes de la Universidad de Colorado trabajaron juntos para construir la Soda El Jaguar.

Para Rodrigo el terminar el restaurante fue uno de sus logros personales como ecologista, rol que tomó hace siete años. Rodrigo admite abiertamente que antes cazaba furtivamente en el mismo lugar que ahora protege: “No sabía antes lo que sé ahora” se lamenta Rodrigo y continua diciendo: “Hoy, dedico mi tiempo a hacer lo opuesto, estoy tratando de preservar este lugar para las futuras generaciones, porque… ¿quién puede sostener este puente de vida si no lo hacemos nosotros?”.

Con mucho trabajo todavía por delante, Rodrigo es incansablemente optimista cuando piensa en el futuro de la reserva: Mi sueño es que este proyecto sea una reserva para la comunidad y que la gente se lo grabe en la mente; que lo defienda y que lo sienta como algo que es parte de todos nosotros. Ese es mi gran sueño. Que en algún momento los niños y sus padres lo reconozcan como el patrimonio más grande que tenemos”.

2 Comments

  1. Nadia Blanco dice:

    ¡Felicitaciones desde Perú! ¡Qué gran trabajo y qué importantes son los trabajos comunitarios en las universidades!

  2. carly guerrero lopez dice:

    hola porfavor qusiera saber sobre las carreras que ahi

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