Alejandro capturó esta imagen durante la clase de Topografía, mientras uno de sus compañeros practicaba la agrimensura en uno de los campos extensos de EARTH. “Nunca antes había tomado un curso de topografía, pero ahora pienso que es una habilidad realmente importante de dominar para un agrónomo. Si no conoces a tu parcela y no sabes nada de tu terreno, vas a tener serios problemas”.

“Básicamente, puedes ensuciarte las manos en cualquier parte del campus: en clase, en el campo, en los proyectos de graduación, o incluso ayudando a tus amigos. Ahora por ejemplo, estoy aprendiendo cosas muy interesantes sobre chinampas (jardines flotantes que fueron utilizados alguna vez por los Aztecas), porque estoy apoyando a una compañera con su investigación sobre el pantano que hay en el campus”.

Lucía tomó esta fotografía durante un viaje de voluntariado a la comunidad de Tanagra, en la provincia costera de Limón. La comunidad es pequeña y aislada, y está ubicada en tierras que pertenecían a las plantaciones de banano. Éstas fueron destruidas por inundaciones algunos años atrás, dejando a muchas personas de la comunidad desempleadas. “Los líderes comunitarios decidieron que les gustaría tener un lugar donde los niños puedan jugar, así que construimos un campo de juegos utilizando materiales reciclados. Hicimos pasamanos hechos de bambú, y como pueden ver en la foto, pintamos unas llantas viejas que enterramos hasta la mitad para crear túneles. A los niños les encantó ayudarnos; fue realmente una experiencia gratificante”.

“Para mí, esta foto refleja una parte importante de la agronomía, una parte que no todo el mundo logra ver: Nuestro contacto con las comunidades. Hay muchos estudiantes que hacen lo que sea para poder organizar actividades de voluntariado simplemente porque les importa”.

Antonio, estudiante de segundo año, se convirtió en emprendedor hace poco con su proyecto empresarial Hemagua S.A., el cual fue creado por él y sus compañeros de clase en EARTH. Su objetivo es el de “Domar búfalos de agua jóvenes y entrenarlos para jalar carretas y arados” para después venderlos a agricultores locales.

“Los búfalos de agua aman jugar en el agua, los relaja y los hace sentir más calmados, lo cual es ideal para entrenarlos. También los acariciamos y los sacamos a pasear para que ellos se acostumbren a estar con la gente. He trabajado con vacas antes, pero los búfalos de agua son totalmente diferentes, así que fue como empezar todo el proceso de aprendizaje de nuevo”.