Como es una mujer visionaria, en lugar de ver un problema, descubrió una oportunidad de negocio: quería cocinar rice and beans, rondón, plantintá, todos esos alimentos tradicionales con una gran riqueza cultural y con un alto valor nutricional.
“El proyecto lo iniciamos con el fin de dar a conocer en esta zona lo que es la gastronomía caribeña, porque a pesar de que hay muchos lugares de comida, no se encuentra alguno caribeño. Mi mamá y yo comenzamos con la idea del negocio porque queremos que más personas conozcan de Limón sin necesidad de trasladarse hasta allá. Lo vemos como una necesidad porque mucha gente conoce comida de otros países pero no necesariamente de lo que es el Caribe Sur o la zona de Talamanca y sus alimentos indígenas. Y es una comida deliciosa”, cuenta.
Para poder avanzar con la idea de su negocio y desarrollarla de la mejor manera posible, Shamelia se unió a Nutriendo el Futuro IV, un proyecto financiado por Cargill, ejecutado por la organización CARE en conjunto con el centro global de soluciones, EARTH Futures, y que busca mejorar los medios de vida de las y los participantes a través del fortalecimiento de capacidades y oportunidades adecuadas de acceso y control sobre los recursos productivos, mercados inclusivos y entornos sociales en los que se respeten los derechos humanos.
“Me visualizo en diez años con un negocio propio, con un restaurante que me beneficie no solo a mí y a mi familia sino a que también abra puertas para otras mujeres. Me gustaría crear una fuente de empleo y contratar a personas sin importar su género, su etnia o su identidad. Quiero poder decirle a otras personas: sí se puede. A veces es cansado pero sí se puede. Este tipo de proyectos nos permite apoyar a nuestras familias y unirnos a otras mujeres para ayudarnos mutuamente y poder aportar a la comunidad y al país”.