A Charbel Assemaani se le iluminan los ojos cuando habla de su empresa de yogur. Originario del Líbano y graduado de EARTH en 2015, hoy vive en el corazón del Caribe: Antigua y Barbuda, a unos mil kilómetros al este de Jamaica y a la mitad de esa distancia desde Trinidad y Tobago, en la costa de Sudamérica. Para Charbel, este proyecto ha sido el espacio perfecto para poner en práctica su formación en EARTH: producir lácteos de alta calidad y aportar al desarrollo de la economía local.

 

Apenas se graduó, Charbel empezó a trabajar en la mayor industria láctea de su país. Más adelante, se mudó junto a su esposa a Antigua y Barbuda para encargarse de un negocio familiar. Poco tiempo después, identificó una necesidad en el mercado: no había suficientes opciones de yogur saludable. Así nació Semani Yogurt.

“Cuando estaba arrancando el negocio, me tomó tiempo probar todo, crear un producto saludable, bien hecho y con buena vida útil sin usar conservantes. Al inicio, costó entrar al mercado, tuvimos que perfeccionar la producción. Revisé mis apuntes de la clase de Procesamiento de Alimentos con la profesora Yanine Chan, y eso nos ayudó muchísimo. Ella me inspiró mucho. Hoy, después de un par de años, todo va muy bien y a la gente le encanta. Estamos en todos los supermercados grandes y en la mayoría de las tiendas pequeñas de la isla. También vendemos a hoteles y restaurantes, en donde usan el yogur en sus cocinas. El conocimiento que obtuve en EARTH fue clave para iniciar el negocio, pensar en todos los detalles y encontrar la forma de hacerlo sostenible”.

 

Charbel conoció EARTH durante una visita a familiares en Costa Rica. “Fui a conocer el Campus Guácimo porque ya había comenzado una carrera en agricultura en Líbano. Me enamoré de EARTH de inmediato, ¿quién no se enamora cuando la conoce? Así comenzó mi camino”. La experiencia de Charbel en procesamiento de alimentos fue clave para crear Semani. “Siempre me había interesado ese tema. Hice mi Pasantía profesional de EARTH en una bodega de vinos en Santa Bárbara, California. Después de graduarme, trabajé en la parte industrial de procesamiento de alimentos en una gran empresa láctea en Líbano”. 

Semani comenzó con yogures naturales y con fruta, en versiones enteras y descremadas. El yogur natural solo lleva dos ingredientes: leche y cultivo. Se produce un día y se entrega al siguiente. Esa frescura y sencillez les ha otorgado un lugar en un mercado muy competitivo. Recientemente sumaron yogur griego y ya están planificando la producción de nuevos productos como queso y leche. “Cada año buscamos aumentar la producción y ofrecer más variedad”.

 

Charbel recuerda su paso por EARTH con profunda gratitud: “Cuando uno está en un lugar, a veces no se da cuenta de lo valioso que es hasta que se va. Extraño cómo vivíamos todos juntos, la relación cercana entre profesores y estudiantes. Era una comunidad hermosa, y cada día nos hacía enamorarnos más de la agricultura. Las clases eran el enfoque principal, pero cuando miro hacia atrás, pienso en las personas, las madrinas del comedor, los profes, éramos una gran familia”.

Charbel está emocionado por el futuro de Semani. “Ya logramos producir un producto de alta calidad y perfeccionamos toda la cadena, desde la elaboración hasta la llegada al mercado. Aquí en la isla las cosas no se mueven tan rápido, así que planeamos con los pies en la tierra. Esperamos seguir creciendo en los próximos años. Tenemos los materiales, el equipo, un empaque atractivo y un sistema de transporte con refrigeración profesional. Empezamos de cero, pero hemos llegado lejos. Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado”.

 

Charbel es otro ejemplo de cómo un graduado puede marcar la diferencia en el mundo, promoviendo alimentos saludables y transformando comunidades desde el emprendimiento.

 

¡Le deseamos muchos éxitos a él y a su esposa en este inspirador proyecto!

Cuando Nokubonga Cherryl Ndima (Promoción 2012) era niña en Durban, Sudáfrica, soñaba con ser cirujana, pero comenzó a trabajar con su familia en un huerto en el que cosechaban zanahorias, repollos y espinacas, y entonces hizo una  conexión reveladora: muchas personas acudían al médico con problemas de salud causados por un estilo de vida poco saludable o por la falta de acceso a alimentos nutritivos. Fue ahí cuando se dio cuenta de que podía mejorar la calidad de vida de las personas trabajando en agricultura. En 2009, cuando llegó por primera vez a EARTH, comenzó un camino que la llevaría hasta donde está hoy: ayudando a jóvenes a encontrar empleos dignos en el sector agrícola, un sector que necesita líderes capacitados y comprometidos.

Ahora vive en Ciudad del Cabo y lleva seis años trabajando como Gerente de Oficina para la Fundación Future Farmers en la Provincia Occidental del Cabo, una organización que tiene casi 20 años de existir y que ayuda a jóvenes apasionados por el mundo agrícola a adquirir experiencia práctica en fincas comerciales, complementada con mentoría y formación en habilidades socioemocionales.

“Nuestra fundadora era productora de leche y, al mostrar su ganado en ferias, conversaba con estudiantes interesados por la agricultura. Cuando les preguntaba qué harían después de terminar sus estudios, decían que no podían conseguir becas ni buenos empleos. Ella sintió que, con las estructuras adecuadas o aprendizajes en fincas, esos jóvenes podrían empezar a construir una experiencia laboral que transformara sus vidas y los preparara para el éxito”, explica.

Nokubonga conoció la organización después de graduarse, mientras trabajaba en una finca que utilizaba sistemas hidropónicos. “Conocí la hidroponía en EARTH, y después de graduarme pude aplicar esos conocimientos en una finca de tomates. Más adelante, colaboré con un proyecto de agricultura vertical en los municipios de Khayelitsha y Mafikeng a través de la organización Orchard Africa”.

Con su título en Ciencias Agrícolas de EARTH y una pasión por ayudar a su comunidad, Nokubonga está en una posición ideal para entender lo que se necesita para que los jóvenes tengan éxito. Una parte importante de su trabajo es apoyar el programa de mentoría en el que cada aprendiz tiene un mentor que lo guía durante todo el proceso. “Apoyamos a los aprendices en sus lugares de trabajo, ayudándolos a mejorar y entender cómo crecer profesionalmente en la industria. Los conectamos con nuestros socios agrícolas, quienes los reciben en sus fincas o empresas. Algunos exalumnos ahora tienen sus propias fincas y empresas de consultoría, y la mayoría de los mentores también son exalumnos de Future Farmers. La organización ha tenido un gran impacto. Trabajamos principalmente con jóvenes motivados de comunidades vulnerables y los preparamos para un futuro prometedor”.

Nokubonga está comprometida con ver prosperar a la juventud, y aunque entiende que hay muchas barreras, trabaja arduamente para superarlas. Su labor contribuye a uno de los principales objetivos de EARTH: formar líderes en el sector agrícola. “Sudáfrica enfrenta varios desafíos. La tasa de desempleo juvenil es muy alta. Además, muchas familias dedicadas a la agricultura no tienen interés en continuar el legado. Necesitamos que más jóvenes llenen ese vacío. El vasto conocimiento de los agricultores no se está transmitiendo a las nuevas generaciones. Mi objetivo es ver a esos jóvenes ascender y prosperar en el mundo agrícola. Esto está marcando una gran diferencia”.

 

“Siempre he estado enfocada en el trabajo comunitario, así que cuando trabajábamos en comunidad, mi corazón se sentía lleno. Recuerdo esa sensación en EARTH de que no se trataba solo de tener una carrera, sino de cambiar vidas. Aprendí sobre el impacto que una sola persona puede tener y cómo podíamos explorar muchas especialidades, pero enfocarnos en lo que realmente nos apasionaba. En EARTH nos decían: ‘Aquí está el lienzo, pinta tu propio sueño’”, cuenta, reflexionando sobre su tiempo en nuestra Universidad.

 

Felicitamos a Nokubonga por su esfuerzo continuo por mejorar su comunidad, brindar oportunidades de empleo a las nuevas generaciones y trabajar por el futuro de la seguridad alimentaria en su país.

Tras graduarse, Forget Shareka (Promoción 2019, Zimbabue), quien formó parte del Programa de Becas de Mastercard Foundation en EARTH, decidió regresar a su país para poner en marcha un proyecto que comenzó a crear cuando era estudiante de tercer año: Chashi Foods. La idea de negocio nació con el propósito de reducir pérdidas poscosecha y apoyar a los agricultores de su comunidad, especialmente a mujeres, a través del secado de frutas y vegetales. Forget había hecho los primeros prototipos en el Laboratorio de Procesamiento de Alimentos (LPA) de EARTH, así que, al regresar a casa, ya había construido un manual para que Chashi Foods tomara forma dentro de un contexto real.

 

Cuando el negocio iba en marcha, Forget viajó a la Universidad de Edimburgo, en Escocia, para realizar una maestría en Emprendimiento e Innovación, justo cuando la pandemia por COVID-19 ponía de cabeza al mundo entero. A pesar de los retos que tuvo durante sus estudios de posgrado y su negocio, Forget encontró en ese tiempo su verdadera voz. Trabajó como pasante de innovación climática con la ONG Solidaridad, apoyando un laboratorio de sostenibilidad en Zimbabue desde Escocia, y analizó contribuciones climáticas nacionales, descubriendo lo desconectadas que están muchas veces las políticas públicas con las voces reales: las de los agricultores. Entendió que la acción climática debe venir desde las raíces. Y que ella tenía un papel que jugar.

Su trabajo, una guía de Agricultura Climáticamente Inteligente, la cual realizó con otras personas graduadas de EARTH, fue utilizada para capacitar a más de 100,000 pequeños productores y generó empleo para más de 700 personas en cinco países africanos. Durante ese proceso, aprendió que el conocimiento técnico sin traducción e inclusión no llega a quienes más lo necesitan, por eso, se aseguró de crear materiales en lenguas como el Shona, su idioma natal, para hacer que la información fuese más accesible.

 

Con el tiempo, esa visión se amplió. Forget se propuso entender cómo funcionan los sistemas, dónde están las brechas, y cómo se pueden construir soluciones reales desde dentro. Su trayectoria profesional dio un giro inesperado cuando comenzó a trabajar como oficial ambiental en una planta procesadora de carne. Luego, cambió completamente de sector, incorporándose al mundo de las telecomunicaciones, en donde hoy lidera proyectos de sostenibilidad y gobernanza ambiental.

 

Actualmente trabaja en un proyecto financiado por el gobierno del Reino Unido que busca conectar comunidades rurales a través de redes de fibra óptica. “Lo que me encanta es que sigue estando el componente rural. Yo crecí en una comunidad así, y sé lo importante que es incluirlas”, dice. Desde ahí, Forget realiza evaluaciones de impacto ambiental, evalúa rutas para la instalación de postes y ductos, asesora contrataciones públicas en temas de sostenibilidad, capacita equipos de campo y promueve acciones ecológicas, como la siembra de plantas para polinizadores.

“Crecí en el campo. La agricultura era nuestro sustento, nos daba ingresos, pero más que eso, me conectaba con la naturaleza. Hoy valoro profundamente esa conexión, porque ha moldeado toda mi carrera”, afirma. Forget entiende el cambio climático no como un fenómeno aislado, sino como un problema sistémico: una crisis que exacerba otras crisis como la pobreza, el hambre, el desplazamiento de personas refugiadas, la brecha de género y la marginalización de las zonas rurales.

 

Cuando llegó a EARTH, Forget se dio cuenta de que con las herramientas y los conocimientos necesarios, ella podía ser parte de la respuesta a esa crisis global. “Cuando llegué a la Universidad, me hice la promesa de que mi educación tenía que beneficiar a mi comunidad y dinamizar la economía local. No fue coincidencia que llegara a EARTH, fue el lugar y el momento correctos. Vine llena de propósito. Con esperanza de construir una comunidad más sostenible y con más oportunidades para prosperar”.

 

La meta actual de Forget es clara: sentarse en las mesas en donde se toman decisiones, hacer las preguntas correctas y asegurarse de que las voces invisibilizadas se escuchen. Sin duda, esta graduada ha cumplido la promesa que se hizo desde que fue estudiante de primer año en EARTH.

Carlton Jaron Taylor II (Promoción 2023, Bahamas) es el primer graduado EARTH de su país. Ahora que regresó a su isla natal, comprende mejor los desafíos ambientales y de seguridad alimentaria que enfrenta su comunidad, y ya comenzó a trabajar para abordarlos. Su “labor diaria” como asistente del director de una empresa constructora, financia su nuevo proyecto: un negocio de producción de huevos. No solo busca hacer frente al problema del alto costo de los alimentos en las Bahamas, sino también aplicar lo que aprendió durante su tiempo en EARTH.

 

“La mayoría de nuestros alimentos, incluidos los huevos, vienen de Estados Unidos. En un momento, el precio de una docena de huevos llegó a los 16 dólares. En Bahamas importamos hasta el 90% de la comida, lo cual hace que ésta no sea fresca. El transporte genera una gran huella de carbono. Para mi negocio tuve que importar las gallinas desde otro país, los suministros veterinarios, el alimento, incluso los tubos de riego. Aquí no hay grandes fincas, por lo que hay poca capacidad para producir alimentos y generar empleo. Pero siento que la agricultura es un sector que pronto interesará a muchas más personas. Tenemos que hacerlo”.

A través de su negocio, Carlton también intenta abordar algunos de los principales problemas ambientales en las Bahamas, como la mala calidad del suelo y el daño causado por especies invasoras. En un inicio estaba interesado por la biología marina, y ahora siente una gran pasión por la intersección entre la agricultura y la protección del medio ambiente. “Estamos en islas coralinas, por lo que el suelo es muy alcalino. Tenemos buen sol, pero la estación seca puede ser muy intensa. Este año, 2025, es uno de los más secos. Otro problema grave que tenemos es la introducción de especies invasoras. Un pino ornamental está causando mucho daño a la costa, y las plantas nativas no pueden competir. Yo voy a la playa, recojo las agujas del pino y las uso como cobertura para el suelo y en los corrales de las gallinas. En lugar de aserrín, trato de aportar a la restauración de la costa. Hago compost con ese material, lo que mejora el suelo nuevamente. Se trata de no extraer tanto del ambiente, sino de regenerar lo que tenemos. En EARTH nos enseñan a enfocarnos en la importancia de la sostenibilidad y la conciencia ambiental”.

Carlton es optimista sobre el futuro de su negocio. “Siento que ya tengo un pie dentro, y tengo una mejor base gracias a mi educación y contactos en EARTH.” En cinco años, se visualiza como el líder de una gran empresa de producción de huevos y trabajando de lleno en el sector agrícola, implementando cambios para no depender tanto del alimento importado. “Todo es un ciclo, todo está interconectado. Tenemos que ser intencionales con la forma en que hacemos las cosas. Si desarrollamos el sector agrícola de la manera correcta, también podremos proteger nuestros recursos marinos”.

Carlton recuerda su tiempo en EARTH con agradecimiento. “Es increíble poder estar en un lugar con personas tan buenas y brillantes de todo el mundo. Fui afortunado de ser la primera persona de Bahamas en estudiar allí. Eso hizo que la experiencia fuera aún más especial, saber que pude dejar mi huella y contribuir. Crecí en una economía basada en el turismo, en la que es fácil ver la naturaleza solo como algo bonito. En EARTH nos enseñaron a valorar la naturaleza como un todo, a trabajar con lo que uno tiene y a comprender cómo hacer las cosas en nuestro entorno particular. Y eso es lo que espero hacer en mi isla natal”.

 

Felicitamos a Carlton por su compromiso con los desafíos ambientales y la soberanía alimentaria de su país, y le deseamos mucho éxito en su nuevo emprendimiento.

Lorena Álvarez siempre soñó con estudiar. Viene de una zona rural costarricense y cuando estaba pequeña, las posibilidades eran limitadas. La idea de verse a sí misma con un birrete y un título en mano fue por mucho tiempo una imagen difusa, casi imposible de lograr. Por eso, cuando concluyó el programa intensivo del Proyecto Sistemas Agroalimentarios Resilientes (RAS), en el que aprendió desde finanzas hasta mejores prácticas agrícolas, y recibió en sus manos un certificado de formación, se sintió, en sus palabras, “como una chiquilla”. Había cumplido un sueño.

 

RAS es uno de los proyectos de EARTH Futures, el centro global de soluciones de nuestra Universidad. EARTH Futures es como una mano derecha que tiene como fin expandir el impacto de EARTH en comunidades rurales a través de alianzas estratégicas con instituciones, en este caso la Fundación Walmart, que también buscan mejorar las condiciones de vida de las personas y, a su vez, conservar los recursos naturales. 

Lorena tiene 57 años. Es ama de casa y le encantan las plantas ornamentales, a las que cuida con empeño en su jardín. Nunca se había atrevido a sembrar hortalizas, no sabía cómo, le daba miedo hacerlo mal. Hoy, después de completar el programa, tiene un pequeño huerto en donde cultiva culantro, lechuga, tomate y otros alimentos para el consumo de su familia. Ha aprendido incluso a llevar registros financieros. “El primer día creí que iba a abandonar el barco porque para mí los números son muy difíciles, pero ahora sé como llevar las finanzas de mi casa. Nunca pensé que a mi edad aprendería tanto”.

De la finca familiar a la biofábrica: ese ha sido el camino de Yendry Bogantes, una participante que creció en una familia de agricultores y siempre tuvo una conexión especial con el campo, por eso decidió estudiar agronomía y descubrió su vocación por la sostenibilidad. Ante una crisis de insumos agrícolas que atravesó Costa Rica en el 2021, comenzó a experimentar con insumos orgánicos en la parcela de su familia. En 2024, se unió a Nutriendo el Futuro IV, un proyecto financiado por Cargill y ejecutado por la organización CARE en conjunto con EARTH Futures, a través del cual recibió capacitaciones para perfeccionar sus técnicas productivas y llevar su empresa al siguiente nivel. Hoy, Yendry es dueña de su propia biofábrica, en donde produce cuatro bioinsumos comerciales y varios más en proceso de validación.

 

Historias como la de Yendry y Lorena se han repetido en diferentes comunidades del país gracias a estos proyectos y al compromiso de las y los participantes.

En el caso de Zaida Miranda, el aprendizaje no solo fue técnico, sino también humano. “Para la última actividad, fuimos en buseta desde muy temprano, sin saber quién más iba”, recuerda, “y terminamos conociendo mujeres de otras comunidades; mujeres valientes, luchadoras, llenas de ideas”. Zaida tiene 51 años y ha dedicado su vida al cuido de su hogar y a labores agrícolas junto a su esposo. Hoy, cultiva sus propias hortalizas con germinación propia. “En la gira vimos una mujer con un emprendimiento de fresas, empoderada. Eso para mí fue una inspiración”, cuenta. Se refiere a Sabrina Herrera, quien formó parte de la primera generación de Nutriendo el Futuro IV y quien ahora lidera su propio proyecto productivo.

Esa misma fuerza mueve a Glenda Lee Robinson, de 57 años, quien vive cerca del Caribe costarricense, y ha encontrado en su huerta una forma de cuidar su salud y la de su familia. Aunque enfrenta dificultades médicas, Glenda no se detiene: para ella, una huerta casera no solo es una fuente de alimentos frescos, también es empoderamiento. “Gracias a estos cursos aprendí a cuidar el ambiente, a cuidar las finanzas y a fortalecer la unión familiar y comunitaria”, cuenta.

Las giras o tours de aprendizaje son esenciales en ambos proyectos, forman parte de una metodología participativa en la que cada persona aprende no solo del equipo facilitador de EARTH Futures, sino también de sus propias compañeras. En estos espacios, diseñados con intención y humanidad, se cruzan saberes, se construyen vínculos y se fortalecen identidades. Tanto en Nutriendo el Futuro como en Sistemas Agroalimentarios Resilientes (RAS), las sesiones incluyen desde agricultura sostenible y educación financiera hasta habilidades socioemocionales y enfoque de género. Se crean espacios lúdicos y flexibles, como reuniones rotativas en casas, en donde se comparten alimentos, donde las que son madres pueden ir con sus hijos para que no falten a las sesiones, y donde se abren conversaciones para fortalecer vínculos, autoestima y comunidad.

A mediados de junio del 2025 Nutriendo el Futuro IV entregó un certificado de formación a 69 mujeres y 26 hombres y RAS a 112 mujeres y 22 hombres. Aunque Nutriendo el Futuro está a punto de finalizar su ciclo, muchas de las metodologías desarrolladas por su equipo se implementarán y se mezclarán con las de otros proyectos. EARTH Futures ha creado algo que trasciende las capacitaciones técnicas: un espacio horizontal en donde el aprendizaje se construye en comunidad, se adapta al contexto y, sobre todo, empodera a las personas, especialmente a las mujeres rurales. Para muchas de ellas, participar en una gira o en un acto de graduación significa resignificar su trabajo y su rol en la comunidad. Una graduación no es un cierre, es una afirmación: de que su conocimiento, su esfuerzo y su liderazgo importan.

Riley Thomson (Promoción 2009, Canadá) ha vivido desde niño entre los trópicos de Costa Rica y el clima continental de Canadá. Tenía cuatro años cuando su familia dejó su país natal para construir un nuevo hogar entre los mares y las montañas costarricenses. En ambos países, su familia tenía una conexión especial con los espacios naturales. Acampaban y exploraban bosques, ríos, playas. Así fue como Riley se enamoró de la naturaleza y decidió que quería dedicar su vida a conservarla. Siendo muy joven, pensó que iba a ser biólogo, hasta que un día escuchó de EARTH y se dio cuenta de que las Ciencias Agrícolas también le permitirían estudiar la biodiversidad y que EARTH, además, le daría la posibilidad de experimentar y aprender haciendo.

 

“Trabajar en agricultura en los trópicos nos obliga a entrelazarnos con la naturaleza. La ecología detrás de la agricultura está mucho más presente acá en Costa Rica que en el norte, en donde predominan los monocultivos y las ventanas de cultivo son muy específicas por las estaciones. En los trópicos, casi que tenemos la obligación de ser ecológicos en nuestro enfoque. Tener la experiencia de ambos mundos —el tropical y el del norte— nos puede hacer más completos como profesionales. En mi caso, trabajar en la cadena de café me ha permitido empatizar con productores en el sur y con consumidores en el norte. Entender ambas realidades agrega un enorme valor a las relaciones y a la equidad dentro de la cadena productiva”, cuenta.

En EARTH, Riley no estudió sobre el café. Su enfoque fue la agricultura biointensiva y sostenible, con un interés especial en los sistemas agroforestales. “Quería trabajar con un cultivo que se integrara al paisaje, no que lo desplazara”. Esa mirada lo llevó a elegir el café como su campo de trabajo, no solo por sus posibilidades productivas, sino por su potencial de regeneración ambiental. Actualmente, Riley lidera el Departamento de Sostenibilidad de Volcafe en Costa Rica, una empresa global que comercializa el grano. Desde ahí, trabaja directamente con pequeños productores costarricenses y con compradores en Europa y América del Norte. Su labor consiste en conectar ambos extremos de la cadena, no solo desde lo comercial, sino desde lo humano: entender la realidad de las fincas tropicales y traducirla a los estándares de sostenibilidad que exige el mercado.

“Muchas veces los criterios de sostenibilidad son escritos por personas sentadas en escritorios en el norte, con poca conexión con la realidad del campo”, explica. Por eso es clave que existan profesionales con conocimiento profundo de ambas realidades. Personas que puedan tender puentes, generar entendimiento, y hacer que las decisiones se tomen con más empatía y contexto.

 

“Estudiar en EARTH te permite entender los trópicos, seco y húmedo, desde adentro. A convivir, adaptarte y observar su biodiversidad. Y esa experiencia te forma de una manera distinta”, asegura. Ahora, trabaja de la mano con la gente, habla en un español fluido con acento costarricense y cumple su sueño de la infancia: se ha convertido en un protector de la naturaleza.

“Si alguien pudiese ver mis documentos de aplicación a EARTH, vería que lo que yo más quería era educarme para poder regresar a casa y trabajar por las comunidades rurales”, comparte Armand Yambisa (Promoción 2020, Zambia), graduado becario de Mastercard Foundation en EARTH. Y tal cual se lo prometió a sí mismo años atrás, estudió en EARTH, se formó como Ingeniero Agrónomo y ahora trabaja junto con el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) en su país como investigador asociado en el equipo de mejoramiento genético de soya. Desde ahí lidera esfuerzos para desarrollar variedades del cultivo resistentes a plagas, enfermedades y estrés climático.

Siendo estudiante en EARTH, Armand fue testigo del impacto que una plaga puede tener en la vida rural: una especie de mariposa estaba destruyendo los cultivos en su comunidad en Zambia. Esa experiencia le dio propósito a su formación profesional y le dio un interés particular por la entomología. Como parte de su Proyecto de Graduación, investigó los Efectos de minerales ferromagnéticos en el crecimiento de plantas y la remineralización del suelo, una apuesta por combatir la degradación de suelos y mejorar la seguridad alimentaria. Desde el inicio de su carrera, supo que para lograr ser un profesional íntegro y consecuente con las necesidades de su comunidad, era urgente entender y proteger el entorno natural, los recursos que hacen posible la vida.

 

Al graduarse, regresó a Zambia y en 2022 fue aceptado para formar parte del Programa de Fellowship Mastercard Foundation – Universidad EARTH, una iniciativa que apoya a recién graduados en su transición al mundo profesional. Uno de los ejes del Programa se basa en la Innovación Agrícola a través de la Ciencia y la Investigación y este fue justo el punto de mayor interés para Armand. Así fue como llegó al IITA, primero como Fellow y ahora como parte del equipo oficial de investigación.

En apenas dos años, su equipo ha introducido más de seis nuevas variedades de soya en Zambia y otras en países como Kenia, Mozambique, Nigeria y Malaui. Además, han trabajado de la mano con más de 3,000 pequeños productores, llevando conocimiento, acompañamiento técnico y nuevas oportunidades directamente al campo. Además, Armand ahora tiene la oportunidad de recibir a otros graduados EARTH y trabajar junto a ellos, compartiendo conocimientos de una manera integral y horizontal. Mutinta Mubita (Promoción 2023, Zambia), quien actualmente también es Fellow del Programa de Fellowship, está bajo la supervisión de Armand, y juntos están buscando soluciones para hacer frente a retos como el cambio climático, brechas de producción y mejoramiento en los bancos de semillas.

El sueño de Armand no termina ahí: su objetivo es comprar un terreno para crear un centro de investigación agrícola accesible para los agricultores rurales, un espacio en el que puedan aprender, intercambiar conocimientos y encontrar soluciones a desafíos del sector. “Muchos producen, pero ganan poco. Yo quiero devolver lo que he aprendido, ayudarles a mejorar sus prácticas, sobre todo en suelos y manejo de plagas”, cuenta. Para él, la ciencia y la investigación son puentes que conectan culturas, conocimientos y futuros más optimistas.

Cualificaciones:

El candidato o candidata debe tener las siguientes calificaciones:

  • Título universitario (preferiblemente doctorado) en ciencia animal o áreas afines (zootecnista, médico veterinario o ingeniero agrónomo).
  • Amplia experiencia práctica en producción animal.
  • Experiencia en sistemas de producción animal con aplicación de técnicas sostenibles.
  • Excelencia docente demostrada (adjuntar evaluaciones).
  • Excelentes habilidades de comunicación en español e inglés.
  • Excelente habilidad para trabajar en equipos interdisciplinarios y multiculturales.
  • Disposición a vivir, trabajar y movilizarse en zonas rurales en Costa Rica.
Responsabilidades:
  • Facilitar a estudiantes el aprendizaje de principios, destrezas y experiencias prácticas en sistemas de producción agropecuaria sostenibles a través de los diferentes cursos brindados en la carrera.
  • Formar parte activa del equipo de trabajo de la unidad académica de producción animal.
  • Facilitar el aprendizaje de los estudiantes a través de principios y a través de experiencias aplicadas en un entorno multicultural y diverso.
  • Participar en actividades de proyección de la Universidad y el programa de Relaciones Académicas Internacionales.
  • Participar en proyectos de investigación, en el curso Experiencia de trabajo y otras actividades que involucren a estudiantes de la Universidad y en actividades científicas o profesionales de su campo.
  • Apoyar otras actividades del programa académico y servicio a la Universidad (en ambos campus: Guácimo, Limón y Liberia, Guanacaste) que contribuyen a la formación integral del estudiante.

Desde su graduación en el 2023, Fazeena Persaud ha enfocado sus esfuerzos en mejorar las condiciones de los productores pecuarios en su país natal, San Cristóbal y Nieves. Su interés en este campo se consolidó durante su Pasantía profesional en tercer año, cuando colaboró con la división de ganadería del gobierno. Hoy, dos años después de haberse graduado, Fazeena se desempeña como Oficial Superior de Extensión Pecuaria y es supervisora de la finca estatal Maddens Estate Livestock. Con entusiasmo, está aplicando lo aprendido en EARTH para impulsar cambios e innovación en la forma en que se desarrolla esta industria en su país.

 

Comprometida con atender los retos que enfrentan las y los ganaderos, Fazeena trabaja en la implementación de proyectos e iniciativas inspiradas en la investigación de su Proyecto de Graduación, el cual se enfocó en forrajes, comparando especies según su valor nutricional y su productividad. Durante la estación seca, la isla de San Cristóbal y Nieves enfrenta múltiples desafíos: muchas personas productoras tienen dificultades para mantener forraje disponible para sus animales y deben recurrir a alimentación suplementaria. A partir de los hallazgos de su investigación, Fazeena espera introducir una especie de forraje más resistente a las condiciones secas, particularmente una variedad originaria de Brasil que recientemente ha sido introducida en Costa Rica.

Además, comenta que la creciente construcción de viviendas y proyectos turísticos ha generado una fuerte competencia por el uso del suelo, dificultando las actividades agropecuarias en la isla. Es común dejar que los animales pastoreen libremente, pero esta práctica genera conflictos con las propiedades vecinas, especialmente ahora que el espacio disponible es cada vez más limitado. Fazeena está comprometida con transformar prácticas y políticas para brindar un mayor respaldo a las personas productoras. “Estamos bastante atrasados en términos de tecnología, pero siento que estoy aplicando mucho de lo que aprendí en EARTH en mi trabajo. Esta isla tiene un enorme potencial para desarrollar un sector agropecuario sólido. Quiero ver algo mejor para mi hogar. Quiero contribuir a construir un lugar mejor”.

A finales de mayo del 2025, Fazeena regresó a Costa Rica, a su “lugar feliz”, como le llama ella– para participar en la Gira de Estudio para Ministras, Mujeres y Juventudes en Agricultura, organizada por la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO). El objetivo de esta gira era promover la participación de jóvenes y mujeres en el sector agrícola, así como facilitar la transferencia de conocimientos, habilidades e innovaciones tecnológicas para fortalecer la resiliencia en la agricultura.

Para Fazeena, este evento, realizado en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), fue una oportunidad para conocer nuevas innovaciones y conectar con colegas del sector, y para reencontrarse con personas conocidas en su tiempo en EARTH. Se emocionó especialmente al ver a Luis Pocasangre, su profesor de Cultivos Tropicales durante primer año, quien actualmente se desempeña como Director General de CATIE. “Pasar de ser su estudiante a reencontrarnos ahora como profesionales me recordó cuánto he avanzado. Me llena de orgullo tener un título en Ciencias Agrícolas de EARTH y servir hoy como Oficial Superior de Extensión Pecuaria en el Ministerio de Agricultura en mi país. Es un privilegio representar a la juventud y a las mujeres en la agricultura, y seguir trabajando por un futuro agrícola más resiliente e innovador para nuestra región”.

El mensaje de Fazeena para las próximas generaciones de estudiantes de EARTH es claro:
“A quienes están en EARTH ahora: les deseo la mejor de las suertes. Sean líderes del futuro, sean lo que su país necesita. Salgan allá afuera y marquen la diferencia”.

 

Estamos seguros de que Fazeena continuará cosechando logros en su camino profesional.

Con el fin de mantenerse a la vanguardia en educación agrícola, la Universidad  EARTH está en un proceso continuo de modernización. En la Unidad Académica de Ingeniería Agrícola, en donde se imparten los cursos de Operación de Equipos Agrícolas y de Destrezas Mecánicas, estos constantes “facelifts”, como los describe el profesor de ambos cursos, Ronald Fernández, buscan renovar constantemente el equipamiento disponible, además de enriquecer la experiencia académica, brindando a los estudiantes herramientas tecnológicas que les permitan experimentar y aprender en un entorno seguro y controlado.

 

En estos cursos, los estudiantes trabajan directamente con tecnologías de agricultura de precisión, como el sistema de guía asistida Autopilot, la sembradora neumática, el WeedSeeker y los sensores Veris para análisis del suelo. Cada herramienta cumple un rol clave en el proceso de enseñanza y en la visión de una agricultura más inteligente, eficiente y sostenible.

¿Cómo y para qué funcionan estas tecnologías?

 

El Autopilot permite a los tractores seguir rutas exactas sin necesidad de intervención manual constante. Esto reduce el número de veces que debe pasar sobre el terreno, lo que se traduce en menor compactación del suelo, ahorro de combustible y precisión en las labores agrícolas. Lejos de reemplazar al operador, la tecnología potencia sus decisiones y mejora el rendimiento operativo.

 

La sembradora neumática, por su parte, utiliza aire a presión para colocar las semillas a distancias y profundidades precisas. Este nivel de control aumenta la uniformidad de la germinación y reduce el desperdicio, algo fundamental para optimizar los recursos y elevar la productividad por hectárea.

El WeedSeeker es un sistema de sensores inteligentes que detecta la presencia de malezas en tiempo real y aplica herbicida solo donde es necesario. A diferencia de una aplicación convencional que cubre toda el área, esta tecnología reduce el uso de agroquímicos hasta en un 80%, protege el suelo y el ambiente, y ahorra recursos económicos. Es una herramienta clave en el manejo sostenible de cultivos.

Los sensores Veris MSP3 permiten un análisis detallado y en tiempo real de las propiedades del suelo, como su pH, contenido de materia orgánica y conductividad eléctrica. Esta información se usa para mapear la variabilidad de los suelos y aplicar insumos de forma diferenciada, aumentando la eficiencia y reduciendo impactos negativos.

Estas son solo algunas de las herramientas que se utilizan en clases que están diseñadas para ser dinámicas, iniciando con sesiones teóricas y experiencias prácticas en el campo. “Queremos que los estudiantes usen los equipos, que pierdan el miedo a la tecnología, que se equivoquen. Solo así se fortalece el aprendizaje”, dice el profesor Fernández. La idea es que el error no sea un obstáculo, sino una herramienta para generar aprendizajes significativos, tanto a nivel técnico como personal.

 

EARTH no busca imponer el uso de tecnología que no es accesible en cualquier espacio, sino formar profesionales conscientes de su existencia y potencial, individuos capaces de buscar la innovación a donde sea que vayan. Desde el primer año, los estudiantes aprenden que la agricultura de precisión va más allá del uso de drones.

Además, se promueve una visión crítica basada en el manejo de datos. “Lo que no se mide, no se controla. Ya no se vale adivinar; hay que tomar decisiones con base en información real”, agrega. Este enfoque ayuda a maximizar recursos, reducir el uso de agroquímicos y proteger el suelo, el recurso más valioso del que depende toda actividad agrícola. La sostenibilidad, entonces, no es un tema separado, sino un eje transversal en la formación.

 

El objetivo final es que las y los estudiantes se conviertan en profesionales capaces de combinar conocimiento técnico con sensibilidad social y ambiental; y que se puedan adaptar a distintas condiciones para aplicar la agricultura de precisión y las buenas prácticas agrícolas que aprenden durante la carrera. Con esta visión, EARTH reafirma su compromiso de formar líderes transformadores para una agricultura eficiente, innovadora y positiva para los sistemas alimentarios globales.

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