EARTH Futures, Trudi’s y CARE Guatemala, se unieron con la convicción de que invertir en las mujeres es clave para construir un futuro más sostenible y equitativo para las comunidades rurales. Bajo esta premisa, diseñoron Alianzas para el Éxito, un proyecto en las comunidades de Santa Marta y Luzón, en Matina, Costa Rica, que arrancó en agosto del 2025, y que tiene un propósito claro: empoderar a mujeres y jóvenes rurales para que tengan acceso a conocimientos, recursos y redes de apoyo que les permitan transformar su realidad, fortalecer la seguridad alimentaria, impulsar la economía local y liderar el futuro de sus comunidades.

 

Los equipos de CARE y de EARTH Futures, el centro global de soluciones de la Universidad EARTH, se han encargado de diseñar módulos de capacitación, diagnosticar las necesidades de las comunidades y poner en marcha los talleres que buscan hacer frente a los principales retos que enfrentan: oportunidades económicas limitadas, falta de habilidades empresariales, consumo de alimentos no saludables, desigualdad de género, acceso desigual a servicios esenciales e impacto del cambio climático en la producción de sus alimentos.

Más de 150 mujeres están inscritas en Alianzas para el Éxito, y, durante 10 meses, participarán en talleres y capacitaciones creados bajo el modelo de “aprender haciendo”, lo que permitirá adquirir conocimientos y habilidades de forma práctica y didáctica. Estos espacios de formación se enfocan en tres áreas de impacto:

 

  1. Igualdad de género: Las personas participantes aprenderán cuáles son sus derechos, cuáles instituciones velan por que esos derechos se cumplan y cómo pueden mejorar su vida con herramientas de comunicación asertiva, autoestima y liderazgo.
  2. Seguridad alimentaria: Las capacitaciones se basan en la producción agrícola sostenible, con el establecimiento de huertos comunitarios y familiares y el suministro de insumos agrícolas. Las participantes aprenderán sobre la importancia de conocer el origen de los alimentos, los valores nutricionales y el balance alimenticio para mejorar la salud.
  3. Gestión empresarial y financiera: Incluye guías para el diseño de planes de negocio, creación de microempresas y acceso a mercados. Además, algunas participantes seleccionadas por su compromiso con el proyecto, recibirán capital semilla para impulsar o crear un nuevo emprendimiento.

 

“El trabajo con las mujeres jefas de hogar de Santa Marta y Luzón marca la necesidad que tienen estas comunidades de capacitación un enfoque en bienestar familiar, pues cuando la jefa de hogar está bien, la familia prospera. Tras impartir uno de los talleres sobre empoderamiento y autoestima, varias participantes confirmaron la relevancia del proyecto. Expresaron que estos encuentros les brindan la seguridad y el valor necesarios para afrontar la vida y los desafíos que se les presentan. Es notorio cómo las mujeres están superando barreras. Se observa una disminución significativa en el miedo a expresarse, a participar y a opinar sobre las situaciones que las afectan. Esto hace aún más evidente la importancia de estas capacitaciones y la trascendencia del proyecto en su conjunto”, cuenta Pedro Chinchilla, Coordinador de Proyectos de EARTH Futures.

Otro punto importante dentro de Alianzas para el Éxito es impulsar las conexiones estratégicas con entidades gubernamentales, ministerios y actores locales para ampliar el acceso a servicios y promover campañas de comunicación sobre los derechos de las mujeres. El fin es que las participantes sepan cómo funcionan estas instituciones, cómo pueden solicitar apoyo y cómo se puede establecer una alianza que beneficie a toda la comunidad. Esta es una base fundamental para incentivar la creación de una nueva generación de líderes comunitarias que trabajen con objetivos individuales y comunes.

“Estos talleres nos capacitan, nos ayudan a empoderarnos y a vernos a nosotras mismas como mujeres capaces. Empoderamiento para mí es sentirme segura, hermosa, sin temor, con la certeza de que puedo alcanzar todos mis objetivos. Aquí también encuentro la posibilidad de expandir mi negocio, apoyarme en otras mujeres y crecer juntas,” cuenta Sulki García Alfaro, una de las participantes.  

 

En EARTH, destacamos la importancia de contar con aliados como CARE y Trudi’s para crear proyectos que se convierten en semillas de cambio. Nuestra meta es que este modelo crezca y se replique, llegando a miles de mujeres rurales que, con su liderazgo y determinación, siembran las bases de un futuro más justo, equitativo y sostenible.

Susan Yar Deng (Promoción 2028) es de Sudán del Sur, pero nació en Kakuma, un campo de refugiados en Kenia en el que viven miles de personas de distintas nacionalidades y en donde las necesidades son palpables y cotidianas. “Todo el mundo sabe que vivir en un campo de refugiados nunca es fácil”, dice Susan, y a pesar de la certeza con la que habla del lugar al que llama su hogar, también es firme al contar sobre las ideas que han surgido cuando la creatividad se convierte en una forma de resistir frente a la falta de acceso a alimentos, servicios básicos y oportunidades.  

 

Antes de ser aceptada en EARTH a través del Programa de Becas de Mastercard Foundation, Susan pasó un largo tiempo aplicando a universidades. Como es una persona activa, no se conformó con esperar respuestas y quiso hacer más mientras alguna puerta se abría. En Kenia, las personas refugiadas no tienen permiso de trabajar, así que decidió ser voluntaria en todo lo que pudiese. Primero dio clases de química y matemáticas en una escuela local. Mientras ella le enseñaba a los jóvenes sobre álgebra y la tabla periódica, ellos le contaban sobre los problemas con los que se enfrentaban todos los días. Esto le dio un acercamiento a la realidad de otros jóvenes que, lejos de hundirla, la motivó a trabajar todavía más por hacer que Kakuma sea un mejor lugar.

Más adelante, en el 2023, la comunidad – que suele ser afectada por grandes sequías como consecuencia del cambio climático – fue arrasada por lluvias e inundaciones que afectaron a miles de personas. Inspirada por su experiencia en el club de la Cruz Roja en la secundaria, Susan contactó a la organización para formar otros clubes en ocho escuelas, movilizar a estudiantes y recaudar fondos para apoyar a los afectados. Su compromiso llamó la atención y pronto fue recomendada para una capacitación en reciclaje de plásticos y diseño digital en Mombasa, en la costa keniata.

 

En Mombasa Susan aprendió a clasificar, limpiar, triturar, fundir y moldear residuos plásticos, e incluso a transformarlos en filamentos para impresoras 3D. Con el conocimiento adquirido, regresó a Kakuma con una máquina de reciclaje y un sueño claro: crear productos útiles para los agricultores, a partir de lo que otros consideran basura y entrenar a cientos de jóvenes en la recolección, clasificación y reutilización de plásticos para abrir nuevas oportunidades. Como estudiante en EARTH, tomó eso como referencia para crear ReGen Agriplast, una idea de negocio que busca transformar los residuos plásticos en bandejas para almácigos, una solución que puede mejorar la producción agrícola en un contexto marcado por sequías y escasez de alimentos.

“Tener residuos plásticos por todas partes degrada el ambiente, daña el suelo, contamina el agua y puede causar enfermedades como cólera o malaria. En Kakuma la gente se enferma y muchas veces no hay medicinas. Reciclar no solo limpia el entorno, también ayuda a los agricultores a proteger sus cultivos en medio de sequías o lluvias extremas, esta es sin duda una forma de hacer frente al cambio climático y a las consecuencias que trae para comunidades como Kakuma”, cuenta.

 

Actualmente, ReGen Agriplast forma parte del Scholars Entrepreneurship Fund (SEF), una iniciativa para que los estudiantes que forman parte del Programa de Becas de Mastercard Foundation en EARTH puedan hacer realidad sus proyectos empresariales e implementarlos en sus países de origen. Gracias a este incentivo, Susan está comenzando a investigar y a generar prototipos para perfeccionar el diseño de su producto.

El paso de Susan por EARTH ha reforzado su visión: “Aquí nos forman para ser líderes y agentes de cambio. No se trata solo de aprender para uno mismo, sino de cómo usamos ese conocimiento para transformar comunidades. Me inspira mucho que la sostenibilidad sea parte de todo lo que hacemos, porque eso es lo que realmente necesitamos en el mundo”.

 

Al preguntarle dónde se ve en diez años, responde sin titubeos que se ve progresando, aprendiendo cosas nuevas y cambiando la vida de muchas personas, no solo en el campo de refugiados, sino también más allá. “Este proyecto no es solo mío, es una herramienta para que otros puedan construir un futuro mejor”.

A pesar de que Karina Garcés-Mirza (Promoción 2002, Ecuador) creció en medio de las montañas en la Sierra Andina de su país, desde hace casi dos décadas reside en Glasgow, la ciudad más grande de Escocia, y es el lugar al que llama su casa. Karina fue una joven inquieta; se formó en EARTH como ingeniera agrónoma y, siendo estudiante, conoció muchas de las comunidades aledañas al Campus Guácimo en donde entabló conexiones genuinas y humanas con sus habitantes. En tercer año, le dio media vuelta al mundo para realizar su pasantía en la Universidad Americana de Beirut, Líbano. Tenía menos de 20 años y su mente ya se había llenado de mundo. El acercamiento a otras realidades la hizo indagar en una vocación que todavía mantiene: cuidar la vida en todas las formas posibles.

 

Al graduarse, fue seleccionada para participar en el Congreso Mundial de la Juventud en Marruecos. Aquella experiencia fue reveladora. Durante varias semanas, Karina convivió con jóvenes de todo el mundo que buscaban lo mismo: ser agentes de cambio. Discutían, sí, pero también se trabajaban haciendo trabajo comunitario. “Ahí entendí que esto podía ser una profesión, que había espacio para construir un futuro alrededor de la sostenibilidad”, recuerda.

 

Al regresar a Ecuador, Karina puso en marcha lo aprendido: impulsó proyectos comunitarios, lideró un programa de manejo de residuos, trabajó con niños en escuelas rurales y diseñó una finca agroeducativa llamada Tierra Viva. Y las puertas seguían abriéndose, fue invitada nuevamente al Congreso Mundial de la Juventud, esta vez en Escocia, y allí conoció la Universidad de Stirling, una de las pocas que ofrecía una maestría en Desarrollo Sostenible.

Fue así como Glasgow se convirtió en su hogar. Estando ahí, Karina construyó una familia y una carrera profesional al servicio del sector público. Desde el gobierno británico ha trabajado en múltiples proyectos de regeneración urbana, áreas verdes e infraestructura sostenible, siempre con la misma visión que nació en su niñez, cuando soñaba con dedicar su vida al entendimiento y la protección de la naturaleza.

 

Su primer gran reto fue el Step Up Project, un programa en alianza con ciudades de la Unión Europea que dio vida al Sustainable Energy Action Plan (SEAP), la ruta energética de Glasgow para el período 2014–2025. “Ese plan fue clave porque no se trataba solo de hablar de energía, electricidad o gas, sino de incorporar el elemento sostenible: ¿de dónde provienen nuestras fuentes?, ¿qué pasa con los gases de efecto invernadero?, ¿cómo reciclamos energía? Fue bajar de la visión global a un plan concreto, con metas, plazos y sectores definidos”, explica.

 

Esa experiencia cimentó la base para el trabajo que hoy lidera: Avenues Programme, un proyecto que busca transformar el centro de Glasgow en una ciudad más verde, accesible y resiliente. Karina está a cargo de cinco avenidas históricas en donde se están incorporando jardines de agua, corredores verdes, ciclovías segregadas y amplias zonas peatonales. La infraestructura victoriana de drenaje ya no responde a las necesidades actuales, y los nuevos sistemas funcionan como reservorios que capturan, filtran y almacenan el agua de lluvia para evitar inundaciones, a la vez que alimentan árboles y áreas verdes.

Este rediseño del espacio urbano se está haciendo con participación comunitaria y con un componente cultural que permite una transición inclusiva y participativa entre los habitantes y el espacio. “A veces la gente piensa que entre más carriles para los autos, más desarrollado es un lugar, pero tener una ciudad verde con espacio para peatones, ciclistas y personas con capacidades diversas también es desarrollo y una forma de adaptarnos y mitigar el cambio climático”.

 

El Avenues Programme no solo cambiará el rostro de la ciudad, sino que sentará las bases de cómo las urbes pueden prepararse frente al cambio climático. Para Karina, es también un legado. “Tal vez no volvamos a tener una inversión de este nivel en décadas. Es un privilegio estar aquí y ahora, ayudando a preparar la ciudad para el futuro”.

 

Para ella, este proyecto ha sido también un ejercicio de humildad en el que aprende de otros profesionales: diseñadores urbanos, ingenieros cíviles, arquitectos. El trabajo multidisciplinario le ha abierto su visión del mundo, como le pasó cuando tenía 18 años y la vida la llevó de un lugar a otro para aprender, crecer y alcanzar su máximo potencial.

 

Aunque su paisaje cotidiano cambió de las montañas andinas de Ecuador a los edificios victorianos de Escocia, su interés por el desarrollo sostenible se mantiene inquebrantable. Karina cuida la vida, sea donde sea que esté, con pasión y empeño.

Abigael Simaloi Pertet (Promoción 2016, Kenia), quien fue parte del Programa de Becas de Mastercard Foundation en EARTH, aprendió sobre la Universidad a través del Maasai Girls Education Fund, una organización que tiene como fin apoyar la educación y el empoderamiento de las niñas, y que patrocinó su formación educativa primaria y secundaria. En 2012, una graduada de EARTH dio una presentación sobre su experiencia, y en ese momento, Abigael se enamoró de lo que representaba la Institución.

 

Durante su paso por EARTH, Abigael aprendió sobre la importancia de retribuir a la comunidad. Sentía un llamado a hacer la diferencia, pero se preguntaba cómo podía hacerlo de manera significativa. Cuanto más aprendía sobre el modelo educativo, más veía la conexión con sus propias pasiones y metas. Se identificaba con el compromiso de EARTH a través de la participación comunitaria y la conservación ambiental. Esto era exactamente lo que quería hacer.

Desde su graduación, Abigael ha trabajado para promover el empoderamiento comunitario a través de diversas organizaciones. Primero trabajó en The Maa Trust, una organización que empodera a las comunidades mediante la conservación de la vida silvestre. Luego, usando como motivación su experiencia personal, regresó a Maasai Girls Education Fund para trabajar con niñas de su comunidad.

 

Actualmente trabaja para Mara Elephant Project, en donde realiza investigaciones enfocadas en reducir los conflictos entre las personas y la vida silvestre. La misión del proyecto es proteger a los elefantes y sus hábitats en el Gran Ecosistema Mara. En su rol, Abigael ayuda a los agricultores a ser económicamente resilientes mientras implementan prácticas que protegen la vida silvestre. Por ejemplo, les brinda herramientas para cultivar productos que no son consumidos por otras especies.

Abigael atribuye su conocimiento agrícola, su pasión por encontrar soluciones innovadoras a los desafíos y sus habilidades de investigación a su tiempo en EARTH. En su trabajo actual mezcla la seguridad alimentaria, la investigación y la conservación. También está realizando una Maestría en la Universidad de Edimburgo, en donde desarrolla una disertación sobre la selección de cultivos para reducir los conflictos con la vida silvestre. Le gustaría continuar trabajando en estas áreas y crear una organización que mejore los medios de vida de las mujeres en su país. Por ejemplo, Abigael ve los huertos familiares como un área con alto potencial de impacto, ya que éstos permiten que las mujeres contribuyan a la seguridad alimentaria en sus comunidades. Al empoderar a las mujeres para construir estos huertos (áreas donde se cultivan verduras, frutas o hierbas para uso doméstico) podrían tener mejor acceso a alimentos nutritivos y un mayor entendimiento de su producción. Abigael siempre ha sido apasionada por el empoderamiento de las mujeres, y ahora, como madre, comprende aún más lo que se necesita para lograr obtener alimentos nutritivos.

El tiempo de Abigael en EARTH le brindó habilidades técnicas y personales que le permitieron retribuir a su comunidad a través de su carrera. Durante sus cuatro años en la Universidad, se involucró en espacios dentro y fuera del Campus Guácimo. Desde su primer año, ella y su doña (compañera de cuarto) realizaron trabajo voluntario en comunidades aledañas. También hacían voluntariado en un refugio juvenil y, durante los días feriados, acompañaban a otros estudiantes para ofrecer voluntariado y pasar tiempo de calidad con los miembros de las comunidades. EARTH fue el motor que la impulsó a conocer a las personas y lugares de manera más profunda y significativa.

Abigael dice que la multiculturalidad dentro del Campus fue una de las partes más impactantes de su experiencia como estudiante. “Pude sentarme con personas de diferentes culturas, con distintas formas de ver la vida, con diferentes experiencias que me ayudaron a entender mi propia existencia”, comenta. La unión que existe entre la comunidad EARTH le dio un sentido de pertenencia familiar. Abigael reflexiona que la humildad y la amabilidad entre estudiantes y profesores le hicieron sentir que todos eran iguales, a pesar de sus diferentes contextos. También aprendió a manejar una finca, liderar grupos de personas y trabajar directamente con comunidades. Por eso considera a EARTH como un lugar formativo que va más allá de la teoría y prepara a las personas con habilidades, motivaciones y el objetivo de retribuir a sus comunidades.

 

Abigael está muy agradecida por la oportunidad de estudiar en nuestra Universidad como: “Estoy agradecida con Mastercard Foundation por permitirme ser la persona que soy hoy y por cambiar no solo mi vida, sino la vida de mi familia y de las personas con las que trabajo”. Ella desea seguir utilizando su voz para que otros sepan que una inversión en la educación de alguien, como la que ella recibió, puede tener un efecto multiplicador para mejorar la vida de los demás.

Responsabilidades

  • Realizar diversas labores de campo como chapeas, paleas, construcción de cercas, elaboración de drenajes, podas, abonados, siembra y cosecha.
  • Ejecutar labores pecuarias como movilización y alimentación de los animales según las necesidades u horarios establecidos.
  • Llevar a cabo las prácticas sanitarias y medidas de seguridad establecidas.
  • Velar por el buen uso de las herramientas y equipos asignados.

Requisitos

  • Primaria aprobada.
  • Al menos 1 año de experiencia en labores similares.
  • Preferiblemente licencia B1.

Por favor, indicar en el asunto el nombre del puesto: Obrero Agropecuario, Guácimo.

Responsabilidades

  • Mantener limpios todos los espacios y estructuras de las áreas que le sean asignadas.
  • Reportar desperfectos o reparaciones necesarias para mantener en buen estado los espacios y activos institucionales.
  • Apoyar con montajes y desmontajes de equipos mobiliarios para actividades institucionales.
  • Realizar inventarios periódicos de bodegas de insumos de limpieza.
  • Realizar otras funciones afines al puesto.

Requisitos

  • Primaria completa.
  • Experiencia laboral, de 1 a 12 meses en labores similares.
  • Residir en Pocora o zonas aledañas.

Por favor, indicar en el asunto el nombre del puesto: Miscelánea(o), Guácimo.

Responsabilidades

  • Brindar mantenimiento a diferentes zonas verdes del Campus (incluye limpieza, poda, abono, acabados).
  • Dar mantenimiento preventivo y correctivo a los equipos de jardinería, como desbrozadora, orilleras y motoguadañas.
  • Desarrollar nuevos jardines cuando sea necesario.

Requisitos

  • Haber cursado la primaria completa.
  • De 1 a 12 meses en labores similares.
  • Preferiblemente con licencias B1 y D1.
  • Residencia en la zona de Pocora, o lugares cercanos.
  • Experiencia en manejo de motoguadañas y poda de árboles.

Por favor, indicar en el asunto el nombre del puesto: Obrero de Campo, Guácimo.

Ni Lajanda Blake (Promoción 2025, Jamaica) ni Patience Cyuzuzo (Promoción 2025, Ruanda) imaginaron que su camino profesional se transformaría tanto después de hacer su Pasantía en tercer año. Algo en ellas cambió —o se fortaleció— cuando se vieron trabajando con guantes y gabachas, en los laboratorios en los que investigaron organismos diminutos, invisibles a la vista humana, pero con un gran impacto en los sistemas alimentarios globales. En el 2024, ambas viajaron a Estados Unidos para descubrir nuevas pasiones que, hoy en día, se convirtieron en el motor de su Proyecto de Graduación (PG).

 

Lajanda realizó su Pasantía en la Universidad de Florida. En un inicio, pensó que su tiempo ahí iba a estar enfocado en la entomología, pero antes de viajar supo que su profesor y guía en el proceso, el Dr. Johan Desaeger, era experto en nematología. Fue entonces cuando Lajanda se interesó y decidió prepararse para estudiar a los nematodos, seres microscópicos con forma de gusano que están presentes en casi todos los entornos.  Aunque algunos nematodos son inofensivos —incluso beneficiosos—, existen especies que son parásitos de plantas y que representan una de las amenazas más serias para la agricultura. Estas especies atacan las raíces, limitan la absorción de agua y nutrientes y pueden reducir drásticamente los rendimientos de cultivos básicos.

Por su parte, Patience, becaria de Mastercard Foundation, viajó a la Universidad de Alabama A&M, donde trabajó en ciencias del suelo. Estando ahí aprendió que los nematodos no solo dañan a los cultivos, sino que también son un indicador clave de la salud del suelo: cuando proliferan las especies dañinas, se altera todo el equilibrio biológico subterráneo. Al unir su interés en microbiología de suelos con la pasión de Lajanda en nematología, nació la idea de un proyecto conjunto que pudiera ofrecer soluciones sostenibles y aplicables directamente en la agricultura.

 

Hoy, su Proyecto de Graduación busca evaluar el efecto del biochar de gallinaza y el vermicompost en el crecimiento de plantas de pepino. El biochar es un carbón vegetal obtenido a partir de residuos orgánicos —en este caso, estiércol de gallinas— que se usa para aplicar en el suelo con el fin de mejorar su estructura, retener nutrientes y favorecer la actividad microbiana. El vermicompost, por su parte, es un abono orgánico producido gracias a lombrices, rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos que ayudan a las plantas a crecer de manera más sana y resistente.

 

Lajanda llegó a Florida con esa idea formulada.Desde antes de llegar a la Pasantía tenía el interés de evaluar los efectos del biochar sobre los nematodos; sin embargo, no pudimos hacerlo porque no había dónde producir biochar puro y el Dr. Johan no recomendaba comprar uno comercial que tuviera otros ingredientes, así que decidimos hacerlo en EARTH”. Lajanda pasó horas en el laboratorio; durante su Pasantía era fácil encontrarla en la madrugada observando el comportamiento de los nematodos y hoy, junto a Patience, repiten el proceso en el laboratorio de Ciencias Naturales de EARTH, en donde han recibido todas las herramientas y espacios necesarios para desarrollar su investigación.

Las estudiantes también están estudiando el efecto en el control de nematodos y en indicadores biológicos como la respiración del suelo. Para lograrlo, cuentan con el apoyo de la Universidad de Costa Rica, en donde consiguieron las cepas de nematodos necesarias para sus ensayos gracias al apoyo de Jaime Honorato,  profesor de Manejo de Plagas en EARTH. El PG ha sido una oportunidad no solo para crecer como investigadoras, sino también para entablar conexiones profesionales con otras instituciones.

 

Los primeros resultados muestran que la combinación de biochar y vermicompost en dosis altas favorece el crecimiento vegetal, mientras que el vermicompost, por sí solo, puede ayudar a controlar los nematodos fitoparásitos. Este hallazgo es especialmente importante porque ofrece alternativas naturales frente al uso intensivo de pesticidas químicos, cuya aplicación ha causado problemas ambientales y de salud.

Para Lajanda y Patience, el impacto va más allá de lo científico: también buscan abrir espacios a más mujeres en áreas donde predominan los hombres. “De donde yo vengo, si una mujer dice que estudia agricultura, la gente se ríe. La tierra es de los hombres, y a las mujeres nos ven solo como mano de obra, pero al estar aquí investigando, abrimos camino y motivamos a otras mujeres a no tener miedo, a decir: yo también puedo”, comparte Patience.

 

Su meta es llevar la investigación más allá de los laboratorios. “Queremos hacer ciencia aplicada. Si descubrimos algo que funciona, queremos ir directamente con los agricultores y compartirlo”, cuenta Lajanda. Con su trabajo, no solo enfrentan una plaga silenciosa que amenaza los sistemas alimentarios globales, sino que también demuestran cómo la ciencia hecha por mujeres puede transformar la agricultura hacia un futuro más justo y sostenible.

Responsabilidades

  • Elaborar y actualizar reportes sobre la población estudiantil.
  • Generar reportes estadísticos y dar seguimiento al rendimiento académico de los estudiantes, aportando insumos para la toma de decisiones y el cumplimiento de lineamientos institucionales.
  • Apoyar en la programación de horarios, administración del uso de las aulas y ferias de servicio.
  • Apoyar en la organización de la ceremonia de graduación y otros actos académicos, asegurando el cumplimiento de los trámites y requisitos correspondientes.
  • Brindar apoyo a la Dirección de Registro e Información Académica y Asuntos Académicos en otras gestiones que se requieran.

Requisitos:

  • Diplomado en secretariado o estudiante avanzado de administración de empresas, bibliotecología o carrera afín.
  • Al menos de 1 a 3 años de experiencia en puestos similares.
  • Experiencia en trámites administrativos.
  • Dominio intermedio o alto de Microsoft Word, Excel, PowerPoint y Outlook.
  • Manejo del idioma inglés intermedio.
  • Licencia conducir B1.

Competencias:

  • Responsabilidad y discreción en el manejo de información.
  • Orientación al cliente.
  • Capacidad de planificación y organización.

Por favor, indicar en el asunto: Oficial de Registro, Guácimo.

“Yo tenía un sueño bien básico, no estaba pidiendo un carro ni un viaje ni esas cosas con las que sueñas cuando eres joven. Lo que yo quería era algo a lo que todos deberíamos de tener acceso: estudiar”. Eso cuenta Yngrid Espinoza Villaruel (Promoción 2011, Perú) mientras rememora el camino que le tocó transitar: una Yngrid de nueve años que vendía refrescos y dulces en la calle; una adolescente que siempre estaba buscando algún tipo de trabajo para ayudar a su familia; y una joven universitaria que hacía todo lo posible por seguir estudiando y, a su vez, conseguir un plato de comida diariamente. No lo cuenta con vergüenza ni lástima, lo dice con la confianza de quien sale victorioso de una gran hazaña.

 

Yngrid es la segunda de cuatro hermanos, hijos de una madre soltera. Aunque comenzó a trabajar siendo una niña, siempre fue fiel a su sueño. Se sumergía en los libros “como ratón de laboratorio”, según cuenta, y, aunque tenía que poner su energía en ayudar a su mamá a subsistir, siempre fue una estudiante destacada. Aplicó a EARTH cuando cursaba el segundo año en una universidad nacional en su país.

El día que recibió la llamada en la que le dijeron que había sido admitida, se quedó en shock un largo tiempo. No solo había sido admitida sino que también había sido seleccionada para recibir la primera beca total impulsada por graduados y graduadas EARTH.

 

“Cuando vienes de un contexto vulnerable la percepción sobre ti misma, sobre lo que eres capaz de hacer, se reduce. En EARTH compartía clases con chicos que eran hijos de empresarios y con otros que venían de situaciones como la mía, pero todos comíamos los mismos alimentos, dormíamos en las mismas residencias, recibíamos el mismo trato y el mensaje que captaba era que yo también merecía esa oportunidad, que yo también era capaz. Esa fue la bendición que me dieron los graduados: no solo me regalaron el derecho a estudiar sin preocuparme por qué comer, sino también la confianza para seguir adelante”.

Siendo estudiante, Yngrid realizó trabajo remunerado dentro del Campus Guácimo para seguir apoyando a su familia, principalmente a sus hermanos menores quienes hoy en día están a punto de terminar sus estudios en la universidad. Tras graduarse, Yngrid comenzó una trayectoria profesional marcada por la innovación y el compromiso social. Entre el 2012 y 2016 trabajó en el diseño de modelos de agricultura sostenible en comunidades rurales dentro de las zonas de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu (Perú) y del Parque Nacional Corcovado (Costa Rica), en colaboración con el científico Adrian Forsyth. Más adelante, entre el 2016 y 2024, cofundó la primera empresa de fertilizantes organominerales de América Latina, con el objetivo de mejorar la fertilización de pequeños agricultores y promover la captura de carbono mediante el mejoramiento de suelos, junto con Vasco Masias del Grupo La Calera.

 

Actualmente, impulsa proyectos piloto dirigidos a mujeres jóvenes en sectores tecnológicos para fortalecer sus habilidades técnicas, socioemocionales y de liderazgo y para capacitarlas sobre sus derechos laborales y su potencial emprendedor. un proyecto enfocado en el acceso a la educación para mujeres de zonas rurales que están iniciando transicion a la vida laboral.

 

Además, su vínculo con EARTH se ha mantenido vivo: gestionó la llegada a Perú de 11 pasantes y graduados de la Universidad para colaborar en proyectos de alto impacto, además de coordinar visitas de diversos profesores EARTH para brindar capacitaciones, y se mantiene activa como una graduada anuente a participar en distintos proyectos para el desarrollo de las comunidades. “Siempre sentí que ayudar a otras personas era una manera de honrar la oportunidad que tuve”, dice.

 

La Yngrid de nueve años que salía a la calle a ganarse la vida, ahora es una profesional que logró romper un ciclo de pobreza, y que trabaja por que otras mujeres puedan tener acceso a condiciones justas para que un sueño tan básico como estudiar, sea posible para todas.

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