El Campus Guácimo es, podría decirse, un paraíso natural. Ubicado en la región de bosque tropical húmedo del Caribe, el Campus preserva uno de los pocos fragmentos de bosque continuo en medio de una extensa matriz agrícola y ganadera. Si caminas una distancia corta por cualquier lugar, posiblemente tengas la oportunidad de ver dos o tres tipos de aves, insectos de muchos colores y tamaños, venados que se esconden tímidamente o una familia de monos cariblancos saltando de un árbol a otro con gran agilidad. Por eso, con apoyo de diversos actores en la comunidad EARTH y de aliados estratégicos, se han impulsado investigaciones para saber más sobre bioindicadores, es decir, especies clave para saber qué tan sanos están los ecosistemas; y para implementar prácticas agrícolas que respeten los ritmos de vida y el hábitat de otras especies.
Monitoreo de fauna silvestre con cámaras trampa
Uno de los proyectos para conocer mejor las especies que habitan el Campus Guácimo de EARTH está liderado por miembros de la facultad, principalmente por Marcos Decker, profesor de Ciencias Naturales, y por estudiantes de cuarto año que cursan el curso Experiencia Profesional y que lideran el Escenario Forestal. Aunque el proyecto tiene varios años de estar gestándose y en él han participado otros profesores, estudiantes y graduados, según Decker, este tipo de investigaciones debe realizarse durante un período prolongado para poder tener resultados certeros. “Los resultados no se obtienen de inmediato. Es necesario monitorear durante todo un ciclo anual, ya que cada estación modifica la disponibilidad de recursos y el comportamiento de la fauna. Por eso comparamos los datos año con año para entender mejor la dinámica ecológica del campus”, cuenta.
Actualmente, el proyecto dispone de 16 cámaras trampa distribuidas en la reserva forestal, en los sistemas silvopastoriles y en los sistemas agroforestales de cacao y café ubicados en una de las fincas académicas de la propiedad. Estos dispositivos, equipados con sensores de movimiento y de visión infrarroja, permiten registrar la presencia y la actividad de la fauna silvestre de manera no invasiva y continua. Gracias a esta tecnología, se ha documentado la presencia de diversas especies de mamíferos medianos y grandes, incluyendo felinos silvestres como el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor), así como tres especies de primates: el mono aullador (Alouatta palliata), el mono araña (Ateles geoffroyi) y el mono cariblanco (Cebus capucinus), entre muchas otras especies de importancia ecológica para la región Caribe costarricense.
Además, en el monitoreo realizado en potreros de la propiedad, se están evaluando las ‘cercas vivas’, árboles plantados como delimitación natural que además funcionan como corredores biológicos, conectando diferentes parches de bosque y permitiendo el libre tránsito de animales. El equipo de trabajo se encarga de revisar miles de fotos que procesa cada cámara diariamente para poder analizar comportamientos, estudiar los hábitats y entender cómo se mueve cada especie dentro del Campus.
Banano y biodiversidad: un equilibrio posible
Rodeada por el bosque tropical se encuentra la Operación Comercial de Banano de nuestra Universidad. En el bloque cuatro de la Operación, otro proyecto complementa el esfuerzo de estudiantes y facultad: se trata de una alianza entre EARTH, World Wildlife Fund (WWF) y la empresa EDEKA, enfocada en implementar prácticas agrícolas más sostenibles y regenerativas en las 95 hectáreas de la zona.
Según Adrián Jiménez, Gerente de Cultivos Comerciales, el objetivo es reducir la carga química, proteger la biodiversidad y medir la fijación de carbono en el suelo como parte de una solución para hacer frente al cambio climático. “El cultivo, junto con las coberturas de suelo y canales, también puede ser un gran fijador de CO₂”, —explica— “lo que antes pensábamos que solo ocurría en bosques o montañas, también sucede aquí, en sistemas agrícolas bien manejados”.
WWF contrató un grupo de expertos en aves, anfibios, mamíferos, peces y plantas para realizar un inventario detallado de especies en las áreas circundantes a la plantación. Ese registro, que funciona como una línea base, servirá para comparar resultados en los próximos años y medir si las prácticas implementadas realmente favorecen a la biodiversidad. Los hallazgos ya han sorprendido a los investigadores. Dos especies de rana, nunca antes vistas cerca de una plantación agrícola, fueron encontradas dentro del área de banano. “Los biólogos llaman a esto especies indicadoras. Son organismos muy sensibles a los cambios del ambiente. Que estén aquí nos dice que el ecosistema está sano y que las prácticas están funcionando”, explica Jiménez.
WWF contrató un grupo de expertos en aves, anfibios, mamíferos, peces y plantas para realizar un inventario detallado de especies en las áreas circundantes a la plantación. Ese registro, que funciona como una línea base, servirá para comparar resultados en los próximos años y medir si las prácticas implementadas realmente favorecen a la biodiversidad. Los hallazgos ya han sorprendido a los investigadores. Dos especies de rana, nunca antes vistas cerca de una plantación agrícola, fueron encontradas dentro del área de banano. “Los biólogos llaman a esto especies indicadoras. Son organismos muy sensibles a los cambios del ambiente. Que estén aquí nos dice que el ecosistema está sano y que las prácticas están funcionando”, explica Jiménez.
Como parte de esta investigación, haciendo un monitoreo exhaustivo y minucioso, se encontraron 130 especies de aves, 138 tipos de peces, 19 especies de anfibios y 23 de mamíferos medianos y grandes.
Con los resultados que ambas investigaciones han tenido hasta el momento, podemos tener la certeza de que la Universidad no es solo un centro de enseñanza, sino también un refugio para la vida silvestre, un espacio que respeta el entorno y que lo protege. En EARTH, escuchamos el lenguaje de los árboles, de las ranas, de los felinos, todo para poder entender qué es lo que los ecosistemas necesitan para estar mejor.