La familia de Diana vive en Santa Ana, El Salvador, pero viaja al sur, a Sonsonate, para ayudar a su familia extensa durante la temporada de la cosecha del café. Fue durante las visitas a Sonsonate que Diana se interesó en la agricultura.
Diana se ha dado cuenta que los caficultores en El Salvador muchas veces toman préstamos mientras que crece el café. Cuando la temporada del café empieza, tienen que pagar sus deudas, y si la cosecha esta arruinada por una plaga, o por el clima, los caficultores no tienen manera de pagar esas deudas, haciendo que la agricultura sea una profesión inestable. El resultado es que muchos productores están abandonando sus fincas para buscar empleos mas estables. Diana cree que “como el gobierno de El Salvador no da apoyo a los caficultores, la producción del café, una gran parte de nuestra cultura, se va perder.” Diana espera encontrar maneras de hacer que la producción del café sea mas estable con el fin de proteger la parte de su cultura que tanto le gusta. “Es bonito cortar el café. Es una empresa muy bonita y nunca la voy a dejar.”
