La familia de Betania vive en Barinas, Venezuela. Ella planea regresar a trabajar como miembro del Ministerio de Agricultura y Tierras y sueña con tener su propia finca orgánica, donde la sostenibilidad sea el timón que permite navegar. Con esta finca orgánica ella planea crear puestos de empleo para la gente de su comunidad y del país y le enseñaría a los productores a hacer un mejor uso de la tierra limitada que tienen. Betania quiere trabajar especialmente con los privados de libertad porque “son las personas que pueden beneficiarse de la agricultura. Quiero crear un sistema en que, a través de la agricultura, las personas vayan mejorando.»
Más que nada, Betania espera revitalizar la producción de cacao en Venezuela. Con el descubrimiento del petróleo, la gente dejó de trabajar en el campo y fue a buscar empleo en la industria petrolera. Mientras tanto, sigue habiendo una gran demanda para el chocolate venezolano. “La gente no se imagina cómo chocolateros de todo el mundo buscan el chocolate venezolano pero quedan muy pocos productores.»