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Hacer de las flores un negocio

Desde hace 20 años el mundo laboral de Edwin Pimentel (Promoción 1993, Panamá) ha girado en torno a la producción de plantas ornamentales. Sus primeros pasos los dio en dos empresas en su país, dedicadas a la comercialización de flores. Tras varios años de experiencia como trabajador, decidió dar el salto para convertirse en un empresario. Pese a no poseer capital semilla, pero sí un gran entusiasmo y un importante cúmulo de conocimientos, Edwin se aventuró a formar su propio emprendimiento denominado Vivero Chiriquí, localizado en una zona turística de la provincia de Volcán, Panamá.

Los primeros años fueron los más retadores, según rememora. Desde obtener recursos para financiar la empresa, adquirir la tierra, realizar la selección de las plantas para comercializar, hasta dedicarse a la producción y administración de su nuevo proyecto de vida.
“El reto más grande que afronté fue el aprender a ser un buen administrador; administrar un negocio requiere mucho tiempo, la planificación es vital y he tenido que crear herramientas de gerencia para la toma de decisiones en el proceso de selección del personal adecuado, el control técnico-administrativo de la empresa y sobre todo, he aprendido a delegar”, agrega Edwin.

Hoy, seis años después, ve los frutos de su esfuerzo y sueña con nuevos proyectos de expansión. En su empresa trabajan cinco colaboradores permanentes, y dos más de forma temporal en las épocas de mayor demanda. El vivero inició con una venta de 2 000 matas por mes, y actualmente comercializa aproximadamente 8 000 plantas.

Su ojo empresarial le permitió identificar el nicho de mercado local pues en Panamá, son pocos los que se dedican a la producción de ornamentales. Actualmente comercializa más de 25 variedades de plantas ornamentales.

“En el pueblo todos nos conocen, la gente sabe que en nuestra zona hay un vivero grande y, aunque no es nuestro mercado meta principal, siempre vienen turistas a comprar flores y matitas a granel”, señala Edwin.
A la par suya han ido creciendo también los colaboradores de su empresa, quienes se desempeñan, principalmente, como trabajadores de campo y comparten la pasión por la tierra. Edwin se ve a sí mismo como un maestro que tiene el reto de enseñarle todos los días; no solo les transmite sus conocimientos sino que los forma para que sepan cómo vincularse con los clientes y dar seguimiento a las labores.
Fiel a su formación socio-ambiental ha impulsado proyectos en su comunidad para implementar un manejo adecuado de los residuos y crear conciencia sobre esta problemática.
Actualmente trabaja en un proyecto piloto con varios miembros de la comunidad para producir plántulas destinadas a reforestar diferentes fincas de la zona de Volcán y en cuencas hidrográficas.
Edwin Pimentel es uno de los graduados pioneros de EARTH. Él, al igual que 50 jóvenes centroamericanos, fue elegido para iniciar el primero ciclo lectivo de la Universidad en 1990. Hoy, 20 años después recuerda cómo inició la experiencia que transformaría su visión de mundo.
“La EARTH fue el evento que determinó mi futuro”, señala Edwin.
La Universidad le abrió las puertas para enfrentar la vida de una mejor manera y ha sido instrumental para estar en el lugar donde se encuentra ahora. Además, reconoce que él fue doblemente privilegiado al formarse como un profesional y también recibir el financiamiento completo, pues sin este no habría podido estudiar.

“La experiencia en EARTH me ha hecho sentir una persona diferente como profesional, como padre de familia; me ha convertido en un ser humano diferente, me entrenó para ver las cosas diferentes de la vida”, concluye Edwin.