Desde 2014, el volcán Turrialba ha estado presentando actividad constante. En la tercera semana de septiembre de 2016 y hasta el momento, se presentaron erupciones que cubrieron de ceniza una gran cantidad de ciudades del Valle Central y algunas partes del Caribe de Costa Rica.
Actividad volcánica de este tipo no se da de manera aislada en Costa Rica. Sabemos que gran cantidad de países en el continente americano también cuentan con volcanes activos o que pueden presentar algún tipo de actividad en el futuro.
En el siguiente reportaje, acompáñanos a conocer algunas recomendaciones de profesores y estudiantes de la Universidad EARTH para tomar en cuenta y proteger de la ceniza a los animales, los suelos y cultivos.
El volcán Turrialba.
El volcán Turrialba se encuentra a 24 km al noroeste de la ciudad de Turrialba, Cartago, Costa Rica, y forma parte de la Cordillera Volcánica Central (CVC).
Comparte la misma base que el volcán Irazú y es el más oriental de la CVC. La cima del Turrialba está constituida por una caldera de avalancha volcánica dentro de la cual se ubican los tres cráteres principales y otros desfigurados por la actividad eruptiva y erosiva pasada. De la misma manera, se encuentran varios edificios más antiguos como conos piroclásticos satelitales (acumulaciones de ceniza con cierta cantidad de lava que se forman alrededor de los volcanes) tales como los cerros Tiendilla y Armado.
Dado que los componentes químicos de la ceniza de los volcanes varían uno con respecto al otro, e inclusive son diferentes dentro del mismo volcán, siempre es necesario tomar medidas preventivas y los efectos no siempre van a ser los mismos.
Sin embargo, si los animales tienen contacto con ceniza por tiempo prologado, pueden verse afectados en ojos, piel y vías respiratorias, por esto es recomendable que, ante caída excesiva de ceniza, se les debe salvaguardar bajo techo.
De hecho, en cuanto a salud animal se refiere, los principales problemas que causa la ceniza es que afecta el pasto del que se alimenta el ganado, llenándolo de minerales que les pueden causar diarreas e intoxicaciones. Además, al interrumpir su alimentación habitual, se afecta la producción de leche y se producen pérdidas de peso.
Los animales más pequeños como cabras, gallinas, pollos y animales domésticos, suelen ser los más afectados y, en estos casos, lo recomendable es mantenerlos bajo techo.
Las recomendaciones más importantes para los animales de producción es garantizarles la ingesta de alimentos lo más limpios posible, para lo cual es apropiado tener silos o pacas almacenadas en lugares secos y en las zonas con exceso de ceniza; si se va a picar el pasto, es mejor mojarlo antes de hacerle el procedimiento.
En cuanto a los animales de compañía, la mayor recomendación es que estén debidamente identificados por medio de una placa, ya que pueden asustarse, huir y perderse. También, asegurarse de que los platos o recipientes de la comida y agua no estén expuestos a la ceniza, y mantener las mascotas bajo techo y con ventilación.
En Costa Rica, no existen muchos estudios que hablen sobre el efecto de la ceniza volcánica sobre el suelo. Con esta iniciativa en mente, Martín Cedeño (Promoción 2017, Colombia), José Carlos Rodríguez (Promoción 2017, Costa Rica) y Wladimir Meza (Promoción 2017, Ecuador), con ayuda del profesor de Manejo y conservación de los suelos del trópico, el Dr. BK Singh, escribieron “Efecto de las Cenizas del Volcán Turrialba en el Desarrollo de Pelos Radicales en Plántulas de Maíz”, con el objetivo de “caracterizar las cenizas volcánicas provenientes del volcán Turrialba, evaluando las propiedades químicas, granulometría y el efecto sobre el desarrollo de los pelos radicales en maíz” y así determinar si la presencia de ceniza en el suelo inhibe el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Según su investigación, encontraron que la ceniza emitida por el volcán afectó el crecimiento de los pelos radicales. Aun así, ellos también concluyen que cada emisión de ceniza va a variar en su composición y dependiendo de ésta va a ser su efecto en las plantas.
En este caso, los efectos más severos los sufre la planta misma, al suprimírsele la posibilidad de oxigenación y dificultársele la fotosíntesis, provocando problemas de crecimiento e inclusive la muerte de la planta.
El efecto de la caída de ceniza en las plantas es letal. El profesor de Cultivos Tropicales de la Universidad, Jorge Arce nos cuenta algunos de los severos efectos que tiene el material volcánico en los cultivos.
Primero, aclara que los componentes químicos que más afectan la vegetación son el Azufre, Flúor, Calcio, Aluminio, Cadmio, Hierro, Boro, Cobre y Sílice, sobre todo porque en grandes cantidades son tóxicos para las plantas. Además de esto, la velocidad del viento y las propiedades abrasivas de la ceniza, producen cientos de micro heridas que resienten a la planta inmediatamente.
Además, afecta el proceso de fotosíntesis, respiración y transpiración de las plantas “cuando la ceniza cae sobre las hojas, cierran sus estomas y no hay fotosíntesis. Esta cubre también la capa superior de las hojas e impide que le llegue la luz del sol. Ahí empieza el proceso de degeneración hasta que la planta se muere”, menciona Arce.
Otros de los efectos que podemos encontrar son:
En el bosque, el peso sobre las copas de los árboles hace que eventualmente las ramas se quiebren, trayéndose abajo una porción del árbol. Con esto, los rayos de sol entran directamente y desaparecen las especies del sotobosque debido a que no están acostumbradas a esos niveles de radiación.
Otra complicación que podemos encontrar es la alteración del reciclaje de los nutrientes del suelo, con respecto a esto Arce detalla que “en un suelo que recibe ceniza, con un cierto equilibrio de nutrientes, va a empezar a recibir más cantidad de otros. La planta, al necesitar nutrirse va a recibir estos excesos, hasta que se intoxica y muere, porque tiene la necesidad de alimentarse”.
Aunque los agricultores experimentan pérdidas a corto plazo, en el largo la caída de ceniza suele ser beneficiosa, pues los suelos se rejuvenecen y se convierten en un ambiente fértil para el cultivo. Sin embargo, “esto puede ser un proceso de décadas, hasta 50 años o más, y nosotros necesitamos trabajar, cosechar y comer hoy”.
Aunque la caída de ceniza es un evento que no se puede predecir, es posible prevenir muchas de las acciones que traerían problemas severos a nuestro sistema agrícola. Es importante también, estar atentos a las recomendaciones de los entes gubernamentales y notificar a las autoridades y buscar ayuda especializada en caso de algún evento especial.