El camino hacia una nueva oportunidad

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 31 de Agosto de 2021

Doña Ana Giselle Muñoz creció en una montaña verde y exuberante en la que brotan casi todos los cultivos. “Una tierra de bendición y abundancia”, dice ella. Llegar hasta su comunidad no es fácil, se necesita un vehículo que resista y domine los caminos rebeldes, buenas condiciones climáticas, paciencia y tiempo. El lugar se llama Río Montaña de Nicoya y está ubicado en la provincia de Guanacaste en Costa Rica. Desde el tope de los cerros, se puede ver un mar que está a unos cuantos kilómetros y aunque la distancia no es tanta, Río Montaña es un lugar desterrado. No hay electricidad, hay poca señal telefónica y solo existe una escuela unidocente a la que asisten los pocos niños que habitan la zona.

Retrato de doña Ana en su casa.

Las familias se dedican a la agricultura, la mayoría de subsistencia. Comercializar sus cosechas y tener acceso a los mercados ha sido un reto constante desde siempre, aún y cuando las y los agricultores logran cosechar productos de alta calidad, como el ayote, los frijoles y el maíz. Es un reto, desde sacar los productos de la comunidad hasta vincularse con intermediarios y obtener un precio justo por el trabajo y los productos.

Doña Ana vive rodeada de tierras fértiles. Mientras prepara tortillas palmeadas de maíz criollo, un alimento tradicional en Costa Rica, su esposo Jorge Luis Villegas toma de los árboles mangos dulces y aguacates tiernos para acompañar el almuerzo. Ellos trabajan en conjunto con EARTH Futures y la Fundación CRUSA para conocer, todavía mejor, las tierras en las que siembran y obtener una cosecha más eficiente. El proyecto incluye a productores de maíz de diferentes zonas de Guanacaste y busca impulsar la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, la democratización de la tecnología y los conocimientos agrícolas, el acceso horizontal y justo a los mercados y la preservación de la cultura y, la cosmovisión en torno al cultivo.

Las montañas alrededor de la comunidad.

Aunque nunca se visualizó como una mujer empresaria y todavía le cuesta creerlo, con el apoyo de Karina Poveda Coto, gestora de soluciones de EARTH Futures, doña Ana ha comenzado su propio negocio: lleva el mismo nombre de su comunidad y está enfocado en la preparación de harina de maíz blanco, amarillo y pujagua, de semillas criollas, con las cosechas generadas por ella y su familia.

“Me gustaría que mi negocio se extienda a muchos lugares para que otras personas prueben la harina, preparada con maíz cosechado en el campo sin ningún químico. Las semillas las reproducimos nosotros mismos, después de cada cosecha las seleccionamos y las guardamos para la siguiente siembra. Casi siempre se vende el maíz entero, pero yo quiero darle valor agregado y venderlo como harina lista para preparar”, cuenta doña Ana.

Doña Ana con su producto.

Ditsú, EcoMercado y Restaurante, es su primer cliente. El local se encuentra en San José y para doña Ana es sorpresivo pensar que su producto se esté vendiendo tan lejos de casa. El martes 13 de julio, ella tuvo la oportunidad de visitar el lugar junto con otras dos mujeres guanacastecas que también elaboran productos a base de maíz. Las tres emprendedoras viajaron más de 150 kilómetros para visitar el restaurante y compartir, con personas de distintas nacionalidades, su comida, alimentos tradicionales como las rosquillas, el pozol, el arroz de maíz y el chicheme. Era la primera vez que doña Ana visitaba la capital y todo era demasiado nuevo para ella.

Ana durante su visita a San José.

“Cuando me dieron la noticia de que iba a ir a San José, sentí como un bombazo, fue una sorpresa. Estaba nerviosa, pero logré conversar con personas que hablaban otros idiomas y presentar lo que hacía. Fue muy bonito ver San José por primera vez. Melissa Zúñiga Herrera (directora de Ditsú), nos llevó a dar un paseo por el Teatro Nacional y otros lugares. Lo más bonito fue que todos aprendimos de todos y las nuevas amistades que hice durante esos días. Ahora veo a esas personas como si fueran familia”, cuenta.

Maíz pujagua.

Para CRUSA, la alianza con EARTH representa una oportunidad de mejorar la calidad de vida de personas como doña Ana. Uno de los aspectos centrales de la estrategia de la Fundación CRUSA es el cambio del paradigma productivo del país. Por ello estamos impulsando la transición hacia una economía verde, inclusiva e innovadora, en la que sostenibilidad signifique competitividad y no una limitación al crecimiento económico. Nos llena de gran satisfacción ver que nuestra alianza con EARTH Futures contribuya a tener un país con un desarrollo sostenible que brinde mayores oportunidades a mujeres emprendedoras en todas las regiones del país, tal es el caso de la historia de doña Ana”, afirmó Flora Montealegre, Delegada Ejecutiva de la Fundación CRUSA.

Te invitamos a ver el video y escuchar lo que significa para doña Ana ser parte de este proyecto: