Saber llegar: el viaje de un estudiante hasta EARTH 

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 30 de Enero de 2020

Hay una distancia de 13.386 kilómetros entre el campus de EARTH en Guácimo, Costa Rica y la ciudad de Arusha en Tanzania. Cornel Michael Dominic (Promoción 2023) becado de la Fundación Mastercard, es de Arusha. Para que Cornel pudiera atravesar los más de 13 mil kilómetros de mar y tierra con tal de llegar hasta las aulas de EARTH, tuvieron que pasar muchas cosas.

Retrato de Cornel mientras trabajaba en el jardín botánico.

Retrato de Cornel mientras trabajaba en el jardín botánico.

La vida de Cornel ha estado llena de excesos: excesos de pobreza, enfermedad y carencias; excesos de generosidad, esfuerzo y perseverancia. Tiene 23 años y con sus ojos negro azabache, ha visto el lado más hostil del mundo pero también el más humano. El lunes 13 de enero, él y 112 estudiantes más de primer ingreso, dieron inicio al nuevo curso lectivo. Todos ellos y ellas están llenos de historias, como Cornel, como los estudiantes de otras generaciones y como los 2,443 graduados y graduadas que han pasado por la institución.

Para que todos esos estudiantes y graduados pudieran llegar desde su hogar hasta EARTH, tuvieron que pasar muchas cosas. Cornel, por ejemplo, no consiguió entrar la primera vez que aplicó a la universidad. Frente a él el futuro era difuso, incierto. Sabía que fuese como fuese tenía que salir adelante, así como logró salir tantas veces de adversidades y cuevas profundas en el pasado. Cornel, como nadie, sabe encontrar la luz al final de un túnel oscuro.

Cornel junto a sus compañeros y la profesora Annie Tremblay.

Cornel junto a sus compañeros y la profesora Annie Tremblay.

Se fue de su casa cuando tenía trece años pensando que iba a ser lo mejor para él y para su familia. A partir de entonces, dormía en lugares itinerantes, a veces con su abuela, a veces con algún familiar que no le hacía buenos ojos, a veces en la calle. Muchas veces en la calle. Ya había terminado la escuela primaria pero el futuro era incierto y seguir estudiando no parecía una opción, no porque no lo quisiera, sino por la falta de recursos y de apoyo. Era un niño y ya sabía buscarse la vida por su cuenta.

Si se escribe Tanzania en Google, se ven fotos preciosas de jirafas y elefantes. Se ve el monte Kilimanjaro y los azules intensos de la isla Zanzíbar. Tanzania es todo eso pero también es uno de los países más pobres del mundo en términos de desarrollo humano. Según el Banco Mundial, más de 13 millones de personas viven en condición de pobreza. La agricultura es uno de los pilares económicos del país y según la FAO, es fuente de empleo para un 80% de la población. Cornel decidió venir a EARTH para prepararse como ingeniero agrónomo por esa razón. Conoce las necesidades de su país y sueña con tener la capacidad de buscar soluciones a muchos de los problemas que se viven diariamente.

Cornel tocando música con sus compañeros de clase.

Cornel tocando música con sus compañeros de clase.

Sin embargo, llegar hasta Costa Rica y hasta EARTH no fue fácil. Terminar la escuela secundaria tampoco lo fue pero Cornel se encontró con la generosidad de diferentes organizaciones. Un día, después de haberse ido de casa, él jugaba fútbol en una plaza. «Me encantaba jugar pero también aprender. Aprendía por mi cuenta sobre cualquier tema, siempre pensando que si no tenía oportunidades me tenía que enseñar cosas a mí mismo. Ese día me encontré con Watoto Foundation. Ellos vinieron a la plaza y me preguntaron sobre mi edad y lo que me gustaba hacer. Me preguntaron que si me gustaba estudiar. Dije que sí».

Cornel dijo que sí y a partir de entonces formó parte de Watoto Foundation, una organización que apoya a niños que habitan en la calle. En este espacio, los jóvenes tienen acceso a una educación vocacional que, después de cuatro años de preparación, les asegura el acceso a un trabajo digno en distintas áreas. Estando ahí, Cornel aprendió sobre electricidad, carpintería, agricultura y construcción. Cuando terminó su formación, muchos de sus profesores le recomendaron seguir estudiando para terminar la escuela secundaria. Había tenido el promedio más alto en los exámenes de su distrito. Así fue como Cornel, con la ayuda de muchas personas, algunas que él nunca ha visto en su vida, terminó su preparación académica.

Trabajando en el Jardín Botánico.

Trabajando en el Jardín Botánico.

La segunda vez que aplicó a EARTH, Cornel venía de pasar una temporada en Dar es-Salam, la ciudad más poblada de Tanzania. Estando ahí intentó encontrar trabajo pero se contagió de malaria. El día en que Cornel se montó en un autobús para hacer un viaje de 10 horas desde Dar es-Salam hasta Arusha y poder aplicar a EARTH, pensó que no lo iba a lograr. Recuerda pedir ayuda para poder pagar el tiquete de bus. Recuerda haber tomado agua muy salada en el trayecto. Recuerda haber llegado a Arusha y haber estado tan cansado que durmió en el asiento en que venía hasta que logró ponerse en pie el día siguiente. Lo recuerda todo mientras se ríe. Es una risa de triunfo. Es una risa arcoíris, luminosa, que ve como la tormenta pasa y la luz vuelve a salir.

De alguna manera, Cornel logró ponerse en pie, salir del bus, volver a casa de su madre, ponerse su mejor camisa y sus zapatos más limpios y presentarse al proceso de admisión de EARTH. Y esta vez, lo logró. Cuando recibió la noticia sobre su admisión, era de noche en Tanzania y él todavía se recuperaba de la enfermedad. No sabe de donde sacó fuerzas pero se levantó de la cama y gritó, bailó, saltó. Pensó en darle la noticia a su abuela, la persona que más lo había apoyado y que más había creído en él desde que era un niño. Vio frente a él como la vida podía cambiar gracias a esta oportunidad. Vio como se podría convertir en el soporte de sus hermanas y de sus hermanos. Vio como él podría generar cambios positivos en su comunidad, en su país, en el mundo. Lo vio todo con claridad y se dio cuenta de que cada uno de sus esfuerzos habían valido la pena.

Promoción 2023

Promoción 2023

«Estoy feliz de estar en EARTH. Sé que puedo hacer muchas cosas grandes estando aquí. En un futuro me veo ayudando a mi familia, me veo trabajando con mi propia organización para ayudar a la gente de mi país, gente necesitada. Quiero ayudar a chicos de la calle, a quienes no tiene acceso a la educación y a la gente que está sufriendo. Gracias a la beca de Mastercard y a la ayuda que muchos otros me han dado, yo pude salir de la calle y ahora estoy estudiando en una universidad de prestigio. A muchas de las personas que me han ayudado, yo nunca las he visto en mi vida. Quiero hacer eso por otros». 

El 4 de septiembre del 2019, su abuela murió. Ese mismo día Cornel tuvo que emprender su viaje hasta Costa Rica para aprender español y poder luego iniciar su carrera en EARTH. El camino no ha sido fácil. La risa arcoíris se apaga un poco cuando recuerda a su abuela. También cuando recuerda a sus hermanos menores y la responsabilidad que cae sobre sus hombros. Aún así, él cambia de tema y dice algunas palabras en suajili, su lengua materna. Dice que mambo significa hola, que poa significa bien y que hakuna matata significa que no hay problemas, que todo va a estar bien. Sonríe otra vez. Su sonrisa nunca se apaga. Cornel, con su historia, su perseverancia y su valentía, es el tipo de líder de cambio en que la Universidad EARTH cree y por quien apuesta para cambiar el mundo.