El fruto del esfuerzo: dos estudiantes a punto de culminar su paso por EARTH

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 1 de Diciembre de 2022

Cada año, las y los estudiantes que cursan el último peldaño de la carrera en nuestra Universidad, trabajan durante meses en un Proyecto de Graduación (PG) que puede abarcar los temas que más les interesan como profesionales desde distintos puntos de vista. A finales de noviembre y a inicios de diciembre, los más de cien estudiantes defienden los resultados de su investigación frente a la facultad. Sin duda, este paso es el que corona un camino de cuatro años por EARTH y es el que les permite graduarse como ingenieros e ingenieras en Ciencias Agrícolas.

En esta nota, te contamos cómo fue el proceso para realizar el PG de dos estudiantes que se han destacado por su determinación y esfuerzo para lograr los mejores resultados posibles.

Una solución para controlar la Sigatoka Negra

Después de que Alejandra Bolaños (Promoción 2022, Guatemala) hiciera su pasantía en el 2021 junto a AMVAC, una empresa líder en insumos agropecuarios en Centroamérica y El Caribe; y después de haber asistido a Emir Gian Majil (Promoción 2021, Belice) durante el desarrollo de su PG en el mismo año, tenía la certeza de que cuando llegara su turno de investigar y llevar a cabo su Proyecto de Graduación. Ella quería enfocarse en la agricultura de precisión y el uso de drones para controlar la Sigatoka Negra, una enfermedad causada por el hongo Pseudocercospora fijiensis, el cual afecta el área foliar de las plantas de banano, provocando pérdida de rendimiento de 35 % a 100 % según el clon.

Uno de los productos más comunes para tratar la enfermedad es el Mancozeb, un fungicida con modo de acción multisitio, utilizado por su alta eficiencia y por evitar el desarrollo de resistencia por parte del hongo. Sin embargo, se ha demostrado que el producto puede tener repercusiones en la salud humana, y que puede afectar directamente la glándula de la tiroides y el sistema reproductivo.

Por esta razón, la Unión Europea prohibió su uso recientemente y el resto del mundo busca reducir su uso hasta el límite de detección. Es aquí en donde Alejandra, junto a profesionales de la empresa AMVAC, el apoyo de sus mentores de la facultad y tomando como referencia los resultados previos de Emir, comenzó a realizar la investigación para desarrollar e implementar estrategias que permitan su sustitución parcial o total. Como resultado del PG, se establecieron tratamientos que incluyen productos biorracionales (azufre, cobre, Melaleuca alternifolia y ácido salicílico) y reducciones de dosis de Mancozeb.

“Para realizar la investigación, tengo siete tratamientos, y cada uno de ellos simula un plan distinto en el que combino varios productos y varios ciclos para ver cómo se podría disminuir el uso de Mancozeb de una manera más efectiva. Hice todas las aplicaciones con el dron AGRAS T-16 y yo fui la piloto encargada de cada aplicación”, menciona.

Con los resultados, Alejandra determinó que, a nivel de retención de la enfermedad, el uso de productos biorracionales combinado con ciclos de fungicidas sistémicos permiten una mayor protección de la hoja candela, además de mantener lesiones de quema en hojas más viejas estadísticamente similares y superiores al Mancozeb en ciertos periodos de la evaluación. En un futuro, ella espera seguir trabajando con el uso de nuevas tecnologías para mejorar las prácticas agrícolas de las y los productores alrededor del mundo.

Producción de conejos en el trópico húmedo

Para era importante realizar un proyecto en el campo de la Producción Animal que le permitiera generar una solución a los sistemas alimentarios de su país y del mundo. Investigando sobre distintas alternativas, se dio cuenta de que la producción de conejos (cunícola), era una alternativa viable no solo por los grandes beneficios nutricionales, ya que la carne es magra, una fuente importante de proteínas, rica en vitamina B12; sino que también es una solución más sostenible y amigable con el medio ambiente.

En un inicio, su PG se enfrentó a un reto que provocaba cierta incertidumbre: el clima del trópico húmedo en el Campus Guácimo. La idea de realizarlo en un lugar atípico en comparación con las zonas habituales de la producción cunícola, implicó el tratamiento de rapado parcial del pelaje de los animales en las zonas de más exposición para comprobar la disminución de sensación térmica y por ende, mayor peso y conversión alimenticia. El conejo puede desarrollarse mejor entre los 18 y 22 grados, entre los 25 y los 27 se puede generar un estrés calórico leve y de los 27 a los 30 un estrés alto e incluso, la muerte por el choque térmico. En la investigación, Nikita analiza la relación entre el calor, el desarrollo animal y su peso y gracias a las decisiones tomadas, logró disminuir el estrés calórico, aumentar la reproducción y el peso de los conejos.

Según Nikita, este proyecto puede ser una alternativa para las familias que buscan criar animales para consumo propio o para levantar un negocio familiar, ya que los conejos se pueden criar en espacios pequeños, se puede alimentar de forraje como el botón de oro y la morera y se reproducen sumamente rápido en comparación con otras especies que se utilizan para el consumo humano.

Con mucha dedicación, Nikita se entregó al cuido, la desinfección y el mantenimiento de la temperatura para el bienestar de los animales. Tomó en cuenta y puso una atención minuciosa a la reproducción, lactancia y destete de las conejas. Además, está realizando un estudio de mercado, creó alianzas con personas, instituciones y empresas externas y espera que después de graduarse, se pueda dedicar a este proyecto y convertirlo en un negocio eficiente en el que pueda integrar a pequeños productores.

Felicitamos a Alejandra, a Nikita y a toda la Promoción 2022 por su entrega y dedicación con sus PGs, proyectos investigativos con resultados reales que pueden tener grandes repercusiones positivas en el mundo.