Comunidad de Las Lomas: todo tiempo futuro será mejor

Archivado en: Historias EARTH
Fecha: 22 de Octubre de 2012

Cuando Rodrigo Ureña llegó hace más de una década a la comunidad de Las Lomas, aquel terreno aún lloraba su abandono. Con el aroma del café que crecía en sus entrañas todavía perfumando el ambiente, aquella finca abandonada aseguraba que todo tiempo pasado fue mejor.

Embargada por un banco, sólo para luego ser dejada a la mano salvaje del trópico húmedo, había sido ocupada por unas pocas familias sin tierra propia, pero con muchas ganas de cultivarla.

Hoy, lo que fue una finca cafetalera abandonada, es la comunidad Las Lomas, en la provincia de Limón, Costa Rica. Ahí, contrario a los difíciles tiempos vividos hace años, el progreso crece gracias a más de 35 productores y sus familias, con la ayuda de EARTH.

Cascada en Comunidad Las Lomas


EARTH en acción

Como parte del curso de Experiencia Comunitaria, estudiantes de segundo año en EARTH, en colaboración con los de cuarto, una vez por semana trabajan con los productores de Las Lomas convirtiendo esta comunidad en un modelo de desarrollo. Quienes así lo deseen pueden contar cada miércoles con dos jóvenes dispuestos a guiarlos para mejorar sus modelos de producción.

Son los mismos productores quienes marcan la agenda de acuerdo con sus necesidades y, a partir de ahí, los estudiantes definen cuál es el mejor camino.

En el caso de Las Lomas, se trabaja en tres áreas específicas: con niños en la escuela local, en un programa de aula abierta con los productores, y en organizaciones para el crecimiento de la comunidad (una cooperativa para la producción de leche y otros derivados, un comité de turismo rural y una junta de desarrollo en coordinación con el Instituto de Desarrollo Agrario).

En la escuela se han realizado proyectos para una educación responsable con el ambiente. Una huerta orgánica, lecciones de inglés y programas de reciclaje son parte de la formación de quienes constituyen la primera generación nacida en esta comunidad apenas quinceañera. Sin embargo, la educación no está reservada únicamente a los menores. Cada martes, al menos diez productores asisten a un programa de aula abierta, en el cual aprenden teoría sobre temas que ellos consideren prioridad. Por sugerencia propia, la producción de leche y sus derivados ha sido la protagonista. En torno a esta actividad, se está organizando una cooperativa.

Producción de abono orgánico

Por supuesto, la ayuda de EARTH abarca aun más áreas. Hasta el momento, se han instalado diez biodigestores, lo cual representa un ahorro significativo en las economías familiares. Como explica Rodrigo Ureña: «Un cilindro de gas para cocinar cuesta alrededor de 15 mil colones (unos US$30). Y no dura mucho. Con los biodigestores, nos ahorramos ese dinero y ayudamos al ambiente».

También, se está trabajando en el turismo. Con el principal atractivo de cataratas en la zona, se han ido abriendo senderos (con material reciclado, como neumáticos y madera reutilizable) e, incluso, una pequeña área de bar-restaurante se perfila ya entre la espesa vegetación del bosque tropical húmedo. La rotulación, elaborada con ayuda de los estudiantes de EARTH, ya indica por dónde llegar a estas maravillas naturales.

Progreso in crescendo
Quienes integran la comunidad de Las Lomas están agradecidos con la colaboración de los estudiantes durante los dos años que lleva en marcha el proyecto.

Usualmente, EARTH selecciona un asentamiento nuevo con el fin de ayudar a sus productores durante un periodo de cuatro años. La idea de seleccionar comunidades de reciente fundación se debe a que, muchas veces, sus habitantes vienen de otras zonas del país, donde las prácticas agropecuarias no son las mismas que se pueden aplicar en la nueva región donde habitan.

En el caso de Las Lomas, entre los objetivos a mediano y largo plazo está la construcción de una pequeña planta procesadora de productos lácteos, en la cual se pueda producir principalmente queso de la forma que lo exigen las normas de salubridad gubernamentales, pero sin perder su toque artesanal. Además, se espera que cada familia cuente con su propio biodigestor y que, en el marco del turismo, las cataratas sean accesibles para gente de todos los gustos, desde aquellos que desean sólo leer un buen libro arrullados por el sonido del agua, hasta los que buscan adrenalina saltando en rapel cascada abajo.

Así, esta tierra que parecía ser una muestra de que “todo tiempo pasado fue mejor”, hoy, de la mano de EARTH, sus estudiantes y productores muestra, cada día, por el contrario, que todo tiempo futuro será mejor.

Los estudiantes de EARTH brindan capacitación directa y asistencia técnica a cientos de productores y miembros de comunidades en Costa Rica y en la región. Con su donación a nuestro programa de desarrollo comunitario puede ayudarnos a apoyar sus esfuerzos.

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